Paula Bonet ha confirmado a través de su cuenta de Twitter que su acosador ingresó en prisión. Se había saltado, por segunda vez, la orden de alejamiento.
La propia artista Paula Bonet ha confirmado a través de su cuenta de Twitter que su acosador ingresó en prisión. Se había saltado, por segunda vez, la orden de alejamiento.
El acosador de Paula Bonet está en prisión
Paula Bonet ha comunicado que su acosador ya está en prisión. Ha aprovechado para agradecer «cariño y los cuidados» que ha recibido de su familia, pareja y amistades, en estas «semanas tan difíciles».
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«La situación vivida, al contrario de lo que esperan las personas que imponen su presencia a otras, me ha dado fuerza para seguir denunciando, con mi obra, las violencias que se ejercen sobre nosotras. Sirva mi voz privilegiada para hablar por tantas que no pueden hacerlo», señala este miércoles la artista en su perfil de la red social Twitter.
La artista valenciana había denunciado en septiembre de 2020 ante la Policía que llevaba sufriendo acoso «desde hace más de un año». El individuo en cuestión llegó en ocasiones a enviarle anguilas cortadas a trocitos (en referencia a su obra, en muchos fragmentos, autobiográfica «La anguila») con la firma «el violador» y a presentarse de madrugada en su taller para insultarla a gritos.
Orden de alejamiento
Paula vivía con miedo. El mes pasado decidió publicar una fotografía de cómo este hombre la vigilaba. En la imagen se podía apreciar su taller y una figura tras el cristal de la puerta. En esta publicación la artista explicaba que el acosador había descubierto la ubicación de su nuevo taller y decidió saltarse la orden de alejamiento para esperarla con flores en la puerta.
El 5 de octubre fue un punto de inflexión para Paula, pues anunció en su cuenta de Instagram que ese día se puso «punto y aparte a un periodo de acoso intenso». «Me ha limitado personal y profesionalmente» narró en el comentario, «me ha hecho sentir vulnerabilidad constante, adquirir materiales e incorporar la seguridad a mi vida. Consiguió que tuviera que dejar de ser yo» sentenció.
La artista confesó que el acoso sufrido había afectado a su obra y al aprendizaje de sus alumnas, provocando cancelaciones de sus actividades profesionales. «Tuve que cambiar mi espacio de trabajo, mantenerlo en el completo anonimato y limitar las personas que podían participar» declaró.
