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Todo empezó luego de que la mujer sufriese lo que aún se considera una «falta leve» de acoso sexual cuando viajaba en autobús.
Anna Paula Ferrão, de 35 años, narró ante la Policía cómo un hombre cababa de masturbarse en público frente a ella mientras esperaba en la parada de un autobús. Aunque la denuncia fue recogida, el mismo hombre quedó en libertad al poco tiempo, lo que desembocó que Anna decidiese hacer su caso público en las redes sociales.
La denunciante público un hilo en Twitter contando su experiencia en una parada de autobús en el centro de Valencia que acumula ya 3.200 retuits y 21.500 «me gusta» . Anna incide en el hecho de que la patrulla de Policía Nacional que pasaba justo por delante y ante los que denunció el acoso, dejaron al hombre libre al no considerar delito lo que había hecho, solo una infracción leve.
La campaña que ha iniciado Anna para que este tipo de hechos sea delito y no solo una falta leve como ahora ha logrado ya juntar 43.000 firmas en la plataforma Change.org, donde la afectada se dirige directamente al Ministerio de Igualdad: «Masturbarse en espacios públicos es acoso sexual, ¿por qué no es un delito?».
Además, Anna habla de lo beneficioso que ha sido contar su experiencia en las redes, pues una vez su publicación se viralizó, cientos de mujeres se atrevieron también a relatar sus propias historias de acoso sexual en espacios públicos como calles, medios de transporte, bibliotecas, playas o parques, entre otros.
Según Ferrão, preocupa que «la mayoría fue víctima de este tipo de violencia sexual por primera vez cuando era menor de edad, lo que sí es un delito según el Código Penal español, pero por miedo, vergüenza, falta de información o de apoyo familiar, no denunció».
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