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Noa Alonso, de 33 años, se ha presentado esta mañana a los juzgados de Vigo para ratificar su denuncia contra el dueño de un perro que la agredió la semana pasada en Bouzas.
Noa estaba tomando un café con una amiga cuando vio cómo un hombre le estaba dando una paliza a su perro. “Fui a defender al perro, porque el dueño casi lo mata. Le estaba dando patadas y le aplastó la columna vertebral contra el suelo porque no era capaz de hacer caca”, relata Noa.
Cuando se acercó a él para pedirle que dejara de pegar al animal la amenazó con darle un par de bofetadas, pero ella le dijo que iba a llamar a la policía y el hombre desapareció. Pero la historia no terminó ahí, porque poco después volvió al lugar donde estaba Noa.
«Él me agarró por sorpresa por el pelo y me daba golpes y patadas, creí que me iba a matar», relató al entrar esta mañana en el Juzgado de Instrucción número 6 de Vigo. Agradece la rapidez de la policía y de los vecinos en auxiliarla. «Si no vienen, me mata. Él me tomó del pelo por detrás, yo no me lo esperaba, me hizo ¡pum, pum!», contó la joven.
A los pocos minutos llegó la policía y consiguió localizar al hombre, que fue detenido y puesto a disposición judicial. Ha quedado en libertad como investigado por un delito de lesiones y le han impuesto una orden de alejamiento por la que no puede acercarse a menos de 300 metros de ella.
Noa debió ser hospitalizada a causa de la paliza. Tiene una costilla rota, la mandíbula desviada y una fractura en el pómulo. Y lo peor, el tabique de la nariz roto por cuatro sitios, por lo que tuvo que ser operada. Físicamente se encuentra muy mal, pero asegura que está peor psicológicamente. “Tengo mucho miedo, no me puedo quitar de la cabeza la imagen de él pegándome”
A pesar de todo asegura que, si se volviera a ver en la misma situación, actuaría de la misma manera. “Soy amante de los animales. No puedo ver esas cosas, por eso actué. No podemos mirar para otro lado ante una agresión”, afirma.
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