Una familia de Todoque ha perdido hasta siete propiedades distintas por la lava. Están viviendo dentro de una caravana. Otro vecino ha perdido ocho.
Una familia de Todoque ha perdido hasta siete propiedades distintas por la lava. Están viviendo dentro de una caravana. Otro vecino ha perdido sus ocho propiedades.
Han perdido siete propiedades
Una familia de Todoque ha perdido propiedades, entre ellas viviendas y comercios, por la erupción del volcán en La Palma.
Las siete propiedades de la familia se ubicaban en la misma calle de la localidad. Hoy, están sepultadas. «Nuestras casas, la de mi padre, la de mi tío, la de mi prima… De estar medianamente estables, a estar arruinados por completo», señala José Alejandro Santos, uno de los miembros de la familia.
El barrio de Todoque, en el que residían unas 1.200 personas, fue uno de los primeros afectados por la erupción volcánica ya que una lengua de lava lo atravesó y acabó con gran parte de las viviendas.
«Tenemos que salir de aquí, porque no puedo seguir viviendo así, enterrada en la tierra«, señala Ana Jessica Costa, otra de las vecinas desalojadas.
Han perdido las viviendas, pero también una bodega y la tienda de ropa de Ana Jessica. «Tenía esperanza de que no llegara. No saqué mobiliario, no saqué mercancía», lamenta la vecina de Todoque. No piden caridad. «Solo pido algo que pueda pagar. No quiero que me metan en un piso gratis, yo no pretendo eso», precisa la mujer.
«Había llegado a la meta y se lo llevó», lamenta Óscar, otro vecino de Todoque, a Antena 3. Ha perdido ocho propiedades, entre ellas, su casa. «Yo era de Todoque» dijo a la televisión. «Todoque ya no es porque no existe, se lo borró del mapa. Nos quedamos sin pueblo, ya no existe ya no ahí un sitio donde ir que se llame así», señala. Él y su familia se han realojado en casa de su suegra, de 90 años.
Familias desalojadas
Hace una semana que la lava entró en Todoque y arrasó viviendas y comercios. Hace dos días la colada traspasó la montaña que protegía Todoque tras arrasar decenas de casas y cultivos.
La lengua de fuego detrás deja escolleras de más de diez metros de altura, nuevas montañas de piedras y cenizas y pueblos sepultados. 5.700 personas han tenido que ser desalojadas, especialmente en los municipios de Los Llanos de Aridane y El Paso, y tiene confinadas a otras 300 en la costa de Tazacorte. También hay zonas afectadas de El Paso, El Paraíso, Las Manchas, Jedey, El Charco, La Bombilla, Puerto de Naos y El Remo.
