Pedro, un hombre en cuidados paliativos, consigue asistir a la boda de su hija recorriendo 600 kilómetros en ambulancia.
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Pedro, un hombre en cuidados paliativos, ha conseguido asistir a la boda de su hija gracias a una ambulancia. Esta es la historia de un hombre que llevaba años enfermo y que pudo estar presente en el enlace de su hija Ruth
Pedro fue en ambulancia a la boda de su hija
Para ello, la organización Ambulancia del Deseo recorrió los 600 kilómetros que lo separaban de su destino. Fue desde Murcia, donde tiene la sede la ONG, pasando a recogerlo por Madrid hasta finalmente llegar a Valladolid.
Allí tuvo lugar el emotivo encuentro.
Pedro, tumbado en la camilla, entró en la iglesia antes que su hija para poder verla vestida de blanco. Pedro, frente al altar, logró cumplir su última voluntad, pues estaba acompañado de la enfermera y el técnico de la ambulancia.
Pedro recorrió 600 km en ambulancia para asistir a la boda
Finalmente, Pedro falleció en la tranquilidad de su hogar una semana después de la boda de Ruth. «Parece duro, pero no sabéis la tranquilidad que nos ha dado», explicó la hija.
El día de la boda, Pedro tenía un traje dibujado en su camiseta. Estuvo en primera fila mientras Ruth y Alberto contraían matrimonio. A su lado, dos personas sin traje ni vestido lloraban sin consuelo hasta que Pilar, la pareja de Pedro, fue a abrazarlos. Eran Mercedes y Miguel Ángel, la enfermera y el técnico de ambulancia que acompañaron a Pedro en el enlace de su hija.
La ambulancia del deseo hizo que Pedro pudiera llegar a la boda
“Es imposible no emocionarse”, dijo José Manuel, de la Ambulancia del Deseo. La ONG ha conseguido cumplir casi un centenar de deseos por todo el país desde su sede de Murcia. “Llegar a 100 es nuestro deseo”, dice Jose Manuel. El de Pedro, estar en la boda de su hija, le sirvió de despedida, y se cumplió ese 4 de septiembre… Una semana después, el hombre fallecía en su domicilio de Madrid.
Conforta saber que en sus últimos días estuvo arropado por toda su familia. Esto ha aliviado el dolor de su pérdida. Su último deseo, finalmente, permaneció en la tierra.
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