El desaparecido joven de Vitoria, Borja Lázaro, avisó en redes sociales que estaría documentando un rito de una tribu de Colombia: los wayúus.
Temas cubiertos
Han pasado 7 años desde la última comunicación del desaparecido Borja Lázaro en Colombia. Trabajaba para documentar los ritos de la tribu de los wayúus.
El desaparecido Borja Lázaro
Borja llevaba tres meses viajando por Sudamérica. En la madrugada de la noche de Reyes del 2014 abre sus redes sociales y publica un mensaje: “Wayuu; el secreto del tiempo; el ritual del hueso”.
Al texto le acompañan los siguientes hashtag: #colombia #wayuu #guajira #fotografia; y un enlace a una fotografía. Es uno de los rituales más importantes de la tribu indígena que domina La Guajira (Colombia) y parte de Venezuela, los wayúus . Muestra lo que conocemos como ‘La fiesta de los huesos’.
Es una fiesta a la que no es accesible la entrada sin invitación. Una fiesta sagrada, según sus creencias, pues otorga la vida eterna a los difuntos de la tribu. Era sin duda uno de los grandes hitos de su viaje que iba a durar seis meses. Sin embargo, ese día Borja desapareció.
Borja Lázaro, desaparecido en Colombia
«Hablar de Borja es hablar de aventura, de deporte, viajes y fotografía», explica Ana Herrero, su madre. Era ingeniero informático de profesión. Trabajaba con ejecutivos y ordenadores en grandes edificios. Tuvo éxito a muy pronta edad. Vivía en Luxemburgo cuando decidió “tomarse un tiempo para hacer un viaje largo”. No tenía una plan, pero sí fecha de vuelta, la de su cumpleaños. “Me dijo que volvería para su cumpleaños. El 21 de mayo de 2014 cumplía 35. Se colgó la mochila, y muy feliz, se marchó”, añade Ana.
Borja Lázaro, desaparecido entre rituales wayúus
Desconectar era el objetivo de ese viaje. Al comenzar decidió ir a México. Pasó por Ciudad Juárez, Yucatán y México DF. Desde allí viajó a Colombia. En su cuaderno anotó Santa Marta, La Ciudad Perdida y Cabo de la Vela, en La Guajira, dónde estableció contacto con los wayúus. Allí fue donde consiguió su momento más impactante, pues inmortalizó la fiesta de los huesos. También fue donde desapareció.
“Cuando llega a La Guajira descubre que los wayúus iban a celebrar la fiesta de los huesos”, cuenta Ana. “Les pidió permiso para hacer un reportaje y le admitieron, aunque no suele ser lo normal”. El ritual, de sagrada importancia, “es una tradición importante para ellos. Después de 10 años una persona que el fallecido deja asignada limpia sus huesos para hacer un enterramiento definitivo. Las protagonistas del que Borja fotografió eran una abuela (la difunta) y una nieta (la encargada de limpiar)”, según le contó a Ana su hijo.
“La policía colombiana fue a la posada. Allí pensaban que Borja se había ido sin pagar. Nos confirmaron que no lo veían desde la madrugada del 8 de enero. Había estado tomando algo con otros turistas y después no hay más. Perdimos toda comunicación, perdimos a Borja”.
LEA TAMBIÉN: