La Audiencia Nacional investiga como atentado terrorista el atropello en una terraza en Torre pacheco, Murcia, ocurrido el lunes 20 de septiembre a mediodía.
Cuatro personas resultaron heridas y dos murieron. Uno de los fallecidos fue el propio conductor del vehículo que se desvió de la vía y arrolló una terraza. En un principio las autoridades pensaron que el conductor había perdido el control del coche pues estaba herido, pero la investigación ha dado un giro inesperado.
Según recoge La Opinión de Murcia, el joven de 30 años que conducía el vehículo, se provocó a sí mismo las heridas con un arma blanca. Después se dirigió intencionadamente hacia la terraza, para finalmente estrellar su coche contra un edificio.
El periódico citado afirma que la Audiencia Nacional está investigando los hechos como atentado terrorista. La nueva línea de investigación se basa en una carta de despedida siguiendo las reglas radicales islamistas, y la declaración de un testigo que aseguró que el agresor hizo el gesto de la unicidad antes de arrollar a los ocupantes de la terraza.
El Juzgado de San Javier, al que correspondía el asunto, se inhibió en favor de la Audiencia Nacional, órgano que investiga si el atropello en Murcia fue un atentado terrorista. Este tribunal determinó que las actuaciones han de ser secretas.
La primera hipótesis del caso se basaba en que el conductor había perdido el control del vehículo, por ir demasiado deprisa. También investigaban si era perseguido por otro coche e intentaba huir. Por ello, las autoridades se centraron en encontrar al asaltante del piloto. Los investigadores de la Policía Judicial encontraron en el interior del automóvil siniestrado un cuchillo, que fue decomisado y que tenía en su filo sangre del chico.
Los agentes encargados de las pesquisas han registrado su vivienda sin encontrar nada destacable.
Pero en el interior del vehículo, sí localizaron un escrito en el que presuntamente el autor del ataque aseguraba que su acción era un atentado terrorista y apuntaba fórmulas utilizadas por los radicales en sus textos, por lo que se investiga si se trata de un ‘lobo solitario’.
Un testigo que vio al agresor, antes de apretar a fondo el acelerador, realizar «rezos de despedida», el gesto de unicidad, con las manos en alto, antes de iniciar su presunta carrera suicida.
Los investigadores están elaborando el perfil del agresor, quien inicialmente no parece tener antecedentes ni datos objetivos que apuntaran a su radicalización.
También se está analizando el posible uso que haya podido hacer en redes sociales y su acceso a páginas de autoradicalización.
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