Mediante un comunicado, la Universidad Complutense de Madrid condena el macrobotellón que se dio en su campus de Moncloa el viernes 17 de septiembre.
«Desde la Universidad Complutense de Madrid condenamos este tipo de celebraciones incívicas e ilegales, que, además, dañan el patrimonio de la UCM, generan multitud de residuos, con el consiguiente impacto ambiental en nuestros campus, y tienen un importante coste económico para la institución» se lee en el escrito publicado en su página web.
Lo cierto es que no es el primer año que se convoca un macrobotellón en la Complutense para celebrar el comienzo de curso. En los años anteriores el problema estaba en los desperdicios y basura que manchaban el campus y la zona de Ciudad Universitaria.
Este año se une la insensatez de juntar a más de 25.000 jóvenes cuando aún el coronavirus acecha.
Desde la Universidad Complutense de Madrid condenan los hechos, reiterando que «este tipo de iniciativas que se impulsan por redes sociales son llamamientos que pueden tener graves consecuencias para la seguridad de las personas».
La universidad también afirma que el servicio de seguridad de la UCM «actuó con profesionalidad siguiendo el protocolo establecido a medida que se iba produciendo la llegada masiva de jóvenes a la Ciudad Universitaria».
Se refiere a esta celebración como «incívicas e ilegales», añadiendo que son «aún más censurables dada la todavía preocupante situación epidemiológica de la pandemia de COVID-19″.
La UCM ya se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Madrid, la Comunidad de Madrid y la Delegación del Gobierno de Madrid para proponer la creación de un órgano conjunto competente en el que se adopten medidas coordinadas para mitigar este tipo de acciones a futuro.
Además, sostiene que «este evento no representa a la totalidad de nuestro estudiantado», anunciando que el día posterior al botellón se organizaron grupos de estudiantes de diferentes facultades y titulaciones para ayudar a recoger los residuos generados en esta celebración no autorizada.
«Debemos adoptar las medidas necesarias, no solo para acabar con estas malas prácticas, sino para garantizar a nuestros universitarios un ocio saludable y respetuoso con las personas, los bienes y el medio ambiente» finaliza el comunicado.
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