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Novedades sobre el sospechoso caso Madeleine McCann, aparecen nuevas revelaciones sobre el presunto secuestrador de la menor desaparecida.
Sucedió durante el 3 de mayo de 2007. Madeleine McCann y sus dos hermanos dormían en su habitación mientras sus padres se fueron a cenar con unos amigos a una zona muy próxima a la habitación donde estaban la menor.
Esa noche alguien la secuestró. Nunca más se ha vuelto a saber de Madeleine. La única información que disponen las autoridades que llevan el caso es un nombre, el del presunto secuestrador, Christian Brueckner, quien finalmente fue declarado como el principal sospechoso del caso y actualmente está cumpliendo condena.
Hay una persona que ha seguido el caso desde el comienzo. Se llama Jon Clarke y acaba de publicar “My Search for Madeleine”. El libro en cuestión revela nuevos detalles de la vida pasada del supuesto secuestrador Christian Brueckner, cuando aún no había comenzado su camino repleto de crímenes y delitos contra menores.
Tanto Brueckner como sus dos hermanos fueron duramente torturados en su infancia. Eran el blanco de constantes castigos desde su más pronta edad. Su madre adoptiva, Brigitte, era “brutalmente dominante” y estaba acostumbrada a “azotarles fuertemente en el glúteo”. El libro en cuestión explica que mientras la madre les pegaba sus hijos les gritaba: “Si lloras, habrá más”.
Fueron los vecinos de Würzburg, en el centro de Alemania, los que dijeron al autor del libro que los padres adoptivos habían acogido a los tres hermanos por el dinero que recibían del estado alemán.
Brueckner, supuesto secuestrador, vivió y trabajó entre 1995 y 2007 en el sur de Portugal, donde habría cometido varios delitos y robos en hoteles y apartamentos. Sin embargo regresó a Alemania cuando Madeleine desapareció. Allí volvió a cometer crímenes, esta vez vinculados con el narcotráfico. Actualmente cumple condena por la violación a una anciana estadounidense de 72 años. Brueckner le ató, le pegó, le agredió sexualmente y finalmente le robó. No fue detenido hasta diez después, cuando se encontraron pruebas de ADN en un cabello que estaba en el lugar de los hechos.
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