Desde este viernes 3 de septiembre, los padres que hayan sido acusados de maltrato o estén en proceso penal por violencia de género no podrán visitar a sus hijos ni formar parte del régimen de visitas.
Hoy entra en vigor la reforma del Código Civil que pone fin a que los padres que hayan sido acusados de maltrato, puedan visitar a sus hijos menores de edad.
En un inicio, la reforma del Código Civil se tramitó para acabar con la incapacitación judicial de las personas con discapacidad intelectual.
Fue en el Senado donde se incluyó también cambiar el artículo 94, que recogía el derecho de los progenitores que no tienen consigo a sus hijos menores o discapacitados a visitarlos y comunicarse con ellos.
Con la reforma aprobada, el juez no fijará un régimen de visitas, y lo suspenderá si existe, cuando el progenitor esté incurso en un proceso penal por atentar contra la vida, agredir o abusar de la pareja o de los hijos, y tampoco si aprecia «indicios fundados de violencia doméstica o de género».
El juez podría autorizar las visitas en una «resolución motivada en el interés superior del menor» y «previa evaluación de la situación de la relación paternofilial», aunque en ningún caso se podrá dar ese paso cuando el progenitor en cuestión se encuentre en prisión, provisional o firme, por los citados delitos.
Esta reforme se publicó en el Boletín Oficial del Estado el 3 de junio. A finales de ese mismo mes entró en vigor la ley de protección integral a la infancia y adolescencia frente a la violencia.
Estas medidas tienen un objetivo principal que es el de proteger a los menores y combatir la violencia vicaria, la que los maltratadores ejercen sobre los hijos con el objetivo de causar el mayor daño posible a sus parejas o exparejas.
Desde 2013 se han producido 40 asesinatos de menores a manos de sus padres o de las parejas o exparejas de sus madres, la mayoría de ellos se dieron tras la separación, el divorcio o cuando la mujer inició una nueva relación sentimental.
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