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El certificado europeo covid-19 comienza a implementarse en 21 países de Europa. Se emitieron más de 300 millones de certificados en toda la UE, 13 millones en España. Será exigido por parte de las autoridades para acceder a conciertos, espectáculos, encuentros deportivos, bodas, bares o piscinas.
Hungría, Austria y Dinamarca estuvieron entre los primeros países europeos en implementar sistemas de pases sanitarios. En el país escandinavo, el pase sigue siendo obligatorio para acceder a varios lugares, como peluquerías o gimnasios.
La población húngara fue vacunada rápidamente y comenzó a emitir “certificados de inmunidad” desde marzo y a partir de mayo estas tarjetas se utilizaron para reabrir hoteles, teatros, salas de cine y el interior de los restaurantes. Los austríacos llevaron a cabo la reapertura general a mediados de mayo, era necesario presentar una prueba negativa, un certificado de anticuerpos o una prueba de vacunación en hoteles, restaurantes, gimnasios, museos, conciertos, peluquerías y eventos deportivos, una regla aún vigente. Alemania, Canadá, Irlanda, Portugal, Francia, Italia, España son algunos de los países donde rige esta medida sanitaria.
Francia ha impuesto la obligatoriedad del Certificado Covid por iniciativa del presidente Emmanuel Macron. No obstante, habrá una semana de tolerancia con el fin de que las personas encargadas de efectuar los controles a la entrada de los establecimientos se vayan acostumbrando a esta nueva herramienta, que tiene la forma de un código QR. El certificado sanitario que acredita estar vacunado o ser negativo en coronavirus ya existe desde el pasado julio, pero ahora se extenderá a bares, restaurantes y numerosos lugares públicos.
Para ser válido, el certificado, que ya está en vigor en varios países europeos, debe hacer constar la pauta de vacunación completa, o mostrar un certificado de test positivo de al menos once días y menos de seis meses en el caso de que se haya pasado el covid-19. Un test negativo de «menos de 72 horas» también vale.
Estas nuevas disposiciones entran en vigor pese a que la movilización contra el certificado y la vacunación obligatoria para el personal sanitario siguió en aumento el sábado, con la aprobación de la mayoría de los franceses.
En el país galo hubo protestas por cuarto fin de semana consecutivo. Unas 237.000 personas, de ellas 17.000 en París, salieron a las calles para protestar, según datos del Ministerio del Interior. “Somos ciudadanos responsables, absolutamente comprometidos en la defensa de nuestros derechos fundamentales y de nuestras libertades. Somos irreprochables, estamos unidos y sin etiquetas políticas”, señaló Sophie Tissier, del colectivo ‘Paris pour la Liberté’.
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