Tras siete años de su muerte por ictus de la paciente, la familia obtendrá una indemnización por una negligencia médica.
El Juzgado de Primera Instancia número 34 de Barcelona ha decidido dar la razón a la demanda presentada por la familia. Esto luego de que se evidenciara una negligencia médica en la atención de Manuela Barrientos por no detectarle un ictus.
Además, la paciente no fue trasladada del Hospital de Mollet al de Granollers porque no había camas.
Indemnización por la muerte de una mujer con ictus
En 2014, Manuela Barrientos, ingresó al Hospital de Mollet del Vallès tras llevar varias horas con dolor en su brazo.
Este le molestaba, pero no estaba preocupada en exceso por la situación. Una vez ingresada, su estado de salud fue empeorando y aparecieron síntomas como taquicardia, tos, dolor torácico, o saturación de oxígeno.
Con el paso de las horas la situación empeoró y poco control tenía Barrientos sobre su cuerpo. Ante los intentos fallidos de un tratamiento en el hospital, se solicitó traslado a un centro más grande. No obstante, éste nunca se dio. La mujer había sufrido un ictus y conforme pasaban las horas su estado empeoró. Los médicos le detectaron un edema pulmonar y, finalmente, falleció a primera hora del 2 de enero.
En la autopsia todo quedó claro y el mal diagnóstico de los médicos salió a la luz. Puesto que ellos la trataban de un edema pulmonar cuando en realidad Manuela Barrientos sufrió una «hemorragia de tronco cerebral«, por un ictus.
Proceso legal
Ante lo ocurrido y las pruebas médicas, la familia no dudó en denunciar el caso y exigir que la muerte de Barrientos fue a causa de negligencia médica. Tras siete años y medio de duelo y un proceso legal engorroso, el Juzgado de Primera Instancia número 34 de Barcelona falló a favor de la familia.
La indemnización por lo ocurrido en 2014 fue de 70.000 euros. Cifra que algunos consideran insuficiente ya que pudo haberse evitado la tragedia. Sin embargo, dejan claro que sólo deseaban esclarecer la muerte y dejar presente que fue por negligencia médica.
Teniendo en cuenta que el no traslado a otro centro asistencial fue el detonante del deceso, la juez a cargo recriminó el hecho puesto que se evidenciaba la «necesidad urgente» cuando se presentaron los primeros síntomas en Manuela Barrientos.
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