Tomás Gimeno, padre de Anna y Olivia, las niñas desaparecidas en Tenerife, envió un audio a la madre de las menores antes de su desaparición en abril.
Tomás Gimeno, padre y secuestrador de Anna y Olivia, las niñas desaparecidas en Tenerife, envió un audio a la madre de las menores antes de su desaparición.
Tomás Gimeno envió un audio a la madre de las niñas
El 27 de abril, día en que desaparecieron Anna y Olivia, Tomás Gimeno hizo una llamada a Beatriz Zimmerman, madre de las pequeñas, advirtiéndole que no volvería a verlas.
Tomás Gimeno, padre y responsable de la muerte de Olivia, de seis años, y Anna, de uno y medio, las niñas desparecidas en Tenerife a finales de abril, envió a la madre de las pequeñas antes de matarlas.
Hizo que la pequeña Olivia grabara un audio encargando a su madre recoger unos cuadros.
El audio es una «maldad propia de un depravado»
Joaquín Amills, portavoz de la familia y presidente de la organización SOS Desaparecidos califica el audio como «una maldad propia de un ser depravado». Gimeno «recogió a las niñas, fue a su casa a las 19:30 y allí las mató. Pero antes, hizo que la pequeña Olivia grabara un audio encargando a su madre recoger unos cuadros. Tomás Gimeno envió a Beatriz un último recuerdo» ha explicado en una entrevista en Almería Hoy. Amills. El propio portavoz de la familia ha confirmado que las niñas murieron por «un edema por asfixia o colapso cardiaco» pues «a falta del informe toxicológico de la autopsia, pensamos que las niñas fueron asfixiadas«.
Amills afirma que Gimeno no actuó por impuso sino que tenía todo un plan cuidadosamente elaborado. Lo describe como un «sujeto narcisista, de comportamiento infantil y tramposo». «Su objetivo consistía en castigar a su exmujer haciéndole sufrir con la desaparición de sus hijas», ha añadido.
«Sabía en todo momento dónde tenía que estar, aunque acabó con su vida por cobardía, para no afrontar la imagen que merecía como el asesino de sus hijas» ha sentenciado Amills.
El buque oceanográfico Ángeles Alvariño logró recuperar el cuerpo de la mayor de las hermanas pero no el de la pequeña ni el de su asesino, que yacen en el fondo del mar. Este trágico desenlace dio a conocer entre la población un tipo de crimen, el de la violencia vicaria.