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El mundo en el que vivimos hoy es muy diferente al de hace 50 años. Y, no es exclusivo en cuanto a tecnología o ciencia, sino de cambios en la propia sociedad. Cada vez más, los principales tabúes de la comunidad se eliminan y quedan obsoletos en la búsqueda de la aceptación de todo tipo de personas sin juicios ni críticas; como le ocurrió a dos mujeres transexuales en un restaurante.
Sin embargo, aunque cada vez hay más personas que luchan por acabar con la discriminación y la ira, todavía es posible encontrarse con situaciones desagradables y ofensivas. En este caso, se trata de una discriminación contra los transexuales.
Hoy hablamos de una espaguetería de Latina que hace unos días echó a dos transexuales de su restaurante cuando intentaron comer allí.
Estas fueron las palabras que gritó el dueño del restaurante a los dos clientes. Un episodio desagradable, del que se está hablando mucho en estos momentos y que ha llamado la atención en el municipio de Latina.
Massimina Lizzeri, una mujer trans de Roma, fue con una amiga y su perro al bar frente a la playa el pasado jueves. Nada más llegar, fueron inmediatamente interceptados por una diligente camarera, que les instó a marcharse. La chica alegó que su vestimenta, la típica de playa consistente en un pareo y unos pantalones cortos, era inapropiada.
Los dos clientes se sorprendieron mucho; todos los demás clientes iban vestidos de forma similar. A pesar de ello, las dos mujeres se ofrecieron inmediatamente a comer fuera.
Aunque la situación se estaba volviendo ridícula, Massimina mantuvo la calma. Entonces se ofreció a atar al perro a un árbol cercano, para que no fuera una molestia. Después de que la camarera presentara sus excusas, le tocó intervenir al propietario.
Lo inapropiado no era la ropa ni el perro, sino las dos mujeres en sí. «¿Eres un hombre, una mujer o un maricón? No te queremos ni dentro ni fuera de aquí. Vete, vete al burdel«. Estas fueron las palabras de la mujer, junto con otros insultos.
Las dos mujeres se dirigieron entonces a un bar cercano. Mientras tanto, parece que ni siquiera la llegada de un coche de policía consiguió calmar al propietario de la Spaghetteria di Latina, que siguió arremetiendo contra los dos transexuales a pesar de la presencia de los policías.
La noticia fue difundida por el MIT, el Movimiento de Identidad Trans, una asociación de ONLUS, a través del vídeo en el que Lizzeri relata el incidente, todavía indignada. Más concretamente, es la abogada boloñesa Cathy La Torre, una activista LGBT que está decidida a llegar al fondo del asunto. La Torre está convencida de que la acción judicial conducirá a un resultado favorable para Massimina Lizzeri, también gracias al posible testimonio de los policías que acudieron al lugar de los hechos.
Sin embargo, la versión dada por el propietario del bar es completamente diferente. Dijo al Messaggero, subrayando que el incidente no era más que una gran invención. Al parecer, la restauradora mantiene que no tiene ningún problema con las personas transexuales ni con su presencia en el restaurante. Se dice que la disputa tuvo su origen en la vestimenta de las dos mujeres, que el restaurador consideraba inapropiada para cenar en la Spaghetteria.
«No se entra en una discoteca sin camiseta, lo siento pero en mi casa no ponen normas. Se me cuestionó de mala manera, no tenía nada que ver con la cuestión sexual».
La mujer también habría presentado una denuncia ante la policía, para defenderse de las calumnias y difamaciones difundidas por las dos mujeres trans.
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