Una historia conmovedora e improbable. Este hombre llevaba 20 años separado de su familia. Entonces sus familiares lo vieron en la televisión.
La vida en la carretera no es fácil. Es algo que no le desearías a nadie.
Porque puede ser devastador vivir sin una familia cerca, sin un hogar y sin amor, prácticamente abandonado a su suerte. Así es exactamente como vivió Reinaldo Barrera, de Lima, la capital de Perú, durante 20 años.
Hasta que su familia, un día como muchos otros, lo vio en la televisión.
Como es fácil imaginar, la vida de Reinaldo no fue un paseo. De niño, fue acosado y maltratado por sus compañeros de clase.
Esto le llevó a abandonar su casa y a quedarse sin hogar. Sus padres lo buscaron durante años, pero sin suerte. Estaban sentados en el salón de su casa viendo un documental sobre los sin techo, filmado a lo largo de las vías de la Costa Verde, cuando lo vieron en la televisión. No fue nada fácil seguirle la pista. Pero, al final, consiguieron reunirse y volver a estar juntos. Por supuesto, Reinaldo tuvo que poner en orden su vida.
Y, por supuesto, necesitaba atención médica y todo lo necesario para volver a sentirse en casa con su familia. No fue fácil, por supuesto. Pero lo más importante ahora es que ya no estará solo.
Los primeros estudios sobre el fenómeno del acoso escolar sólo se han realizado a partir de la segunda mitad del siglo pasado, principalmente en los países escandinavos, a partir de la década de 1970 y, poco después, también en los países anglosajones, especialmente en Gran Bretaña y Australia.
A partir de esos años, el fenómeno ha sido objeto de una atención creciente, especialmente por parte de la prensa.
Según algunas encuestas del ISTAT sobre el comportamiento ofensivo y violento de los jóvenes, parece que más del 50% ha sido víctima de un episodio ofensivo, irrespetuoso o violento por parte de sus compañeros al menos una vez en su vida. Los comportamientos típicos que caracterizan al acoso escolar son, principalmente, los insultos, las burlas por el aspecto físico o la forma de hablar, la difamación y la exclusión por las propias opiniones, e incluso las agresiones físicas.
Ser acosado de niño es, por supuesto, desagradable a corto plazo, pero es un factor importante para aumentar el riesgo de desarrollar ciertos tipos de trastornos en la adolescencia y la edad adulta. Muchas personas han señalado que las víctimas de acoso escolar en su transición de la adolescencia a la edad adulta experimentan diversos tipos de trastornos como agorafobia, ansiedad generalizada, ataques de pánico, adicciones, psicosis e incluso depresión.
Pero los problemas causados por el acoso no se limitan a las víctimas. Los también corren el riesgo de desarrollar diversos problemas psicológicos. En este caso, habría un mayor riesgo de desarrollar un trastorno antisocial de la personalidad. Víctimas y victimarios se unen así en un destino inexorable.
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