Hace veinte años, el 31 de agosto de 1997 para ser exactos, falleció la princesa Lady Diana. A poco menos de un mes del vigésimo aniversario oficial de su muerte, el Palacio de Kensington ha publicado fotos inéditas de ella con sus hijos Guillermo y Harry.
Las imágenes son un avance del documental que se emitirá esta noche, Diana, nuestra madre: su vida y su legado. Aquí William y Harry hablan de sus recuerdos de su madre, que murió trágicamente a la edad de sólo 36 años.
Una llamada telefónica corta, como la de dos adolescentes y una madre de vacaciones. Querían jugar con sus primos, no querían perder el tiempo charlando. Mientras tanto, Diana estaba en Francia. Fue precisamente la brevedad de la llamada telefónica de aquel trágico 31 de agosto de 1997 lo que perseguiría a los príncipes Guillermo y Harry. Su madre, conocida por todo el mundo como la princesa Diana, murió esa misma noche tras un terrible accidente en el túnel de Alma en París.
En ese momento, William tenía 15 años y Harry sólo 12.
Los dos hermanos relatan el día en el documental de ITV. «Harry y yo teníamos tanta prisa por despedirnos de ella….
Si hubiera sabido lo que iba a pasar, no habría sido tan superficial», dijo William. Y añadió: «Pero esa llamada telefónica se me quedó grabada en la cabeza, a lo grande. Harry, por su parte, dice que la breve charla es algo que lamentará el resto de su vida.
En el documental, el Príncipe Guillermo también cuenta cómo, cuando sólo tenía 13 años, llegó a casa y se encontró nada menos que con Cindy Crawford, Naomi Campbell y Christy Turlington. Fue su madre, Lady Diana, quien organizó esta increíble sorpresa haciendo que su hijo mayor encontrara en casa a las supermodelos que tanto le gustaban.
«Los encontré en las escaleras cuando volvía del colegio», relató el príncipe. «Y me puse rojo en la cara. No sabía qué decir. Creo que tartamudeé algo y tropecé en las escaleras al subir. Es un recuerdo muy bueno que vivirá conmigo para siempre», recordó William. Los dos príncipes recuerdan la inmensa alegría de vivir de su madre. Era una mujer que entendía la vida real fuera de palacio y su estímulo era sobre todo la obediencia.
Lady Diana era conocida como la princesa de la mirada triste, pero en realidad era muy feliz cuando estaba con sus hijos. Les ponía caramelos en los calcetines, siempre les hacía reír, era irreverente. William finalmente confiesa: «La sentí conmigo cuando me casé con Kate. Siempre hablo con mis hijos de su abuela que ya no está».
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