La polémica de Naim Darrechi ha convertido en debate la práctica del stealthing en España, y cómo se debería tipificar el delito por parte de la justicia.
Desde las declaraciones hechas por el tiktoker Naim Darrechi, el debate sobre el stealthing no ha cesado en los últimos días dentro de las redes sociales en España. La ley del «Solo si es si» impulsada desde el ministerio de Igualdad pone el foco en el consentimiento, por lo que este tipo de actos pasarían a ser considerados como una agresión sexual y no solo como abuso.
Casos de stealthing en España
Alfonso Pérez Medina, responsable de Tribunales ha declarado para un canal de televisión, que la diferencia entre abuso o agresión sexual es: «si hay violencia o intimidación, se considera agresión. Si no hay violencia o intimidación, sería un abuso».
Sin embargo, con la nueva ley esta definición no se recoge así, ya que la clave se centra en si la víctima ha dado o no su consentimiento previo, y no tanto si hay violencia o intimidación por parte de la otra persona. Medina señala al respecto que «A partir del momento en el que se apruebe esa ley, solo habrá agresiones sexuales».
Han sido dos los casos precedentes en este tipo de práctica dentro de nuestro país. El primero fue en 2018, cuando Juan Francisco de madrugada estando en su casa de Salamanca junto a una joven llamada Felicidad. Mantuvo sexo con ella de forma consentida, pero atendiendo a una sentencia dictada por la justicia de la provincia el joven debió haber usado condón durante la relación sexual.
Juan Francisco que en un primer momento uso codón, decidió posteriormente quitárselo y empezar a practicar lo que en lenguaje anglosajón se llama «stealtihing» cuya traducción en «sigilosamente». Algo que hizo sin que Felicidad fuera consciente, por lo que el 15 de abril del 2019 se le condenó por abuso sexual con una pena de 18 meses de multa, pagando seis euros cada día sumado a otro monto de 1.000 euros como gastos y indemnización médicos para la víctima.
En 2017 José mantenía de manera esporádica sexo con una joven en Andalucía. En un principio era consentido, pero el 22 julio en el interior de un coche simuló ponerse un preservativo y tuvo relaciones sexuales sin él y sin que la víctima lo supiera. Por lo que en 2019 fue también condenado por abuso sexual, enfrentándose a cuatro años de cárcel, una orden de alejamiento e inhabilitación especial del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena.
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