Las iniciativas de marketing siempre sorprenden, a veces no de forma positiva. Como le ocurrió a un famoso sitio de comercio electrónico que puso a la venta un disfraz de Halloween inspirado en Ana Frank.
Halloween es una fiesta muy popular en Estados Unidos, y los disfraces se buscan desde principios de octubre.
Los comercios y las tiendas online hacen todo lo posible para conseguir el mayor número de clientes y el reto anual es siempre crear y llevar los disfraces más originales.
Pero a veces la originalidad es demasiado. Este es el caso de un famoso sitio web de comercio electrónico estadounidense especializado en disfraces de Halloween. Entre los habituales disfraces de bruja y vampiro y los más extravagantes de tocino o naranja, la web ha lanzado una nueva idea de disfraz «original», el de la pequeña Ana Frank.
El traje se presenta como el de «una heroína de la Segunda Guerra Mundial», con la esperanza de que todas las niñas sueñen con convertirse en una heroína de guerra. Una acción de marketing precipitada y de mal gusto que ha dejado en mal lugar al sitio, pero sobre todo lo ha colocado en el centro de la polémica.
Un traje inspirado en Juana de Arco habría representado la llama de la diversidad y la gloria tardía de una heroína de antaño.
Un disfraz inspirado en Ana Frank no representaría el sacrificio de un eorin, sino el sacrificio injusto de un niño inocente. Un vestidito azul, un bolso marrón y una boina verde, sólo falta un diario para la representación «exacta» de esa niña símbolo del Holocausto.
Una elección que no ha gustado a la gente de la web, una acción de marketing con sabor macabro y que ha sido definida como un «insulto a la Memoria» y a todas esas pobres víctimas inocentes que ha traído el Holocausto.
Veinticinco dólares era el único pase para despojarse de la ropa y disfrazarse de Ana Frank. El sitio, tras la numerosa y fuerte polémica, se vio obligado a retirar el anuncio, pero el mismo apareció poco después en otros sitios de comercio electrónico.
Para la web es un ultraje, un insulto, un villipendio a la memoria no sólo de la pequeña Ana Frank, sino de todo lo que aún representa ese terrible período de nuestra historia. Entre los comentarios, incluso los que argumentan que en lugar de la voluntad del sitio fue tal vez para educar a la generación más joven a la misma memoria que según muchos ha sido insultado. Traer a los niños pequeños, a la nueva generación que conoce poco del terrible período que fue la segunda guerra, podría ser una gran manera de guardar la memoria y así rendir homenaje a las víctimas y a la historia.
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