Boo es el nombre del perro protagonista de esta terrible historia pues cae en un lago congelado. Una aventura que podría haberle llevado a la muerte. El perro, de 13 años, estaba retozando en la superficie. Sin embargo, en un momento dado, la losa que había debajo empezó a resquebrajarse y, antes de que el animal se diera cuenta de lo que ocurría, la losa cedió.
El cachorro cayó inmediatamente al agua. Una situación que realmente corría el riesgo de convertirse en una tragedia.
El perro trató inmediatamente de atraer la atención de su dueño ladrando tan fuerte como pudo, aullando y ladrando desesperadamente, el hombre al que se dirigían los ladridos estaba dentro de la casa y, obviamente, no podía oír las llamadas de su perro.
Pero Boo no se dio por vencido y continuó con su intento, ladrando aún más fuerte e insistentemente hasta que su dueño, al salir a sacar la basura, se percató de la impactante circunstancia. Al no ver al perro en el jardín y escuchar sus quejas, se precipitó inmediatamente a la orilla del lago. Al verlo en peligro de muerte, pidió ayuda. Su llegada fue rápida. Una vez que el perro fue sacado del agua, el animal fue trasladado a un centro veterinario para comprobar su estado de salud.
El resultado positivo de los controles, la ausencia de consecuencias y el buen estado de salud del animal hicieron que su propietario respirara con alivio.
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