Temas cubiertos
La historia que todos conocemos es que Adolf Hitler murió como consecuencia de un disparo en un búnker de Berlín en 1945. Hizo el gesto suicida cuando se dio cuenta de que Alemania había perdido la Segunda Guerra Mundial. Pero puede que no sea el caso.
Según una investigación realizada por un estudiante universitario, el célebre dictador alemán escapó realmente de su escondite, murió de incógnito en 1984 en un pequeño pueblo de la frontera entre Brasil y Bolivia.
Pero hay más. De hecho, el autor cree que el Führer, antes de llegar al pueblo de Mato Grosso donde pasó la segunda parte de su vida, habría pasado por Argentina y Paraguay en busca de un probable tesoro escondido.
Para hacer más creíble el cambio de identidad, el dictador también habría iniciado una relación con una mujer negra llamada Cutinga. Habría sido una relación creada ad hoc para demostrar que al final no era el déspota que odiaba a todos los que no cumplían con los estándares de la raza aria. La teoría del estudiante brasileño Simoni Renee Guerreiro Dias está elaborada en el libro titulado Hitler en Brasil.
Aquí el joven escritor rebate la hipótesis del suicidio en el búnker el 30 de abril de 1945. En su lugar, plantea la hipótesis de una muerte natural en 1984, a la edad de 95 años. Hitler, alias Adolf Leipzig, habría vivido entonces en el pequeño pueblo de Nossa Senhora do Livramento, a 30 kilómetros de la capital del estado, Cuiaba.
La prueba de lo que dice el alumno puede encontrarse incluso en una foto analizada por ordenador. En el hombre retratado se reconoce claramente el bigote del dictador alemán. En la foto, Hitler abraza a su supuesto compañero Cutinga. También está el testimonio de una monja polaca, que jura haber visto a un hombre que se parecía al dictador en un hospital de Cuiaba a principios de los años ochenta.
Sin embargo, estas dos pruebas no permiten afirmar con certeza un epílogo de Hitler diferente al que cuenta la historia. Pero el estudiante seguía queriendo llegar hasta el final. Para probar su teoría, le gustaría pedir una prueba de ADN a través de un pariente de Hitler que vive en Israel. También le gustaría que se exhumaran los restos de Adolf Leipzig para cotejarlos con los del dictador alemán.
La historia dice, de hecho, que hubo muchos alemanes que huyeron a Brasil después de la guerra. Entre ellos, el SS Adolf Eichmann y el médico nazi Josef Mengele. La teoría de que Hitler también estaba entre estos refugiados se justifica por la falta de pruebas físicas de su muerte real. Algunos incluso tienen dudas sobre la prueba de ADN realizada a los fragmentos de cráneo encontrados cerca del búnker. Para ellos, esos restos no pertenecían a Hitler, sino a una mujer. Rochus Misch, antiguo guardaespaldas de Adolf Hitler, fue la última persona que vio al Führer con vida.
LEA TAMBIÉN:
El pitbull de grandes dimensiones que ha acabado con la vida de su dueño de 26 años será presumiblemente sacrificado tras lo sucedido.
El presunto asesino en serie queda con los hombres a través de apps de citas y posteriormente los droga para robarles en Bilbao.