Grigory P
Cuando una pareja decide tener un hijo, lo único que quieren es que nazca sano y lleve una vida larga y feliz.
Esto es exactamente lo que deseaban los padres de Grigory Prutow, ruso de Vladivostok. Y de hecho, en sus primeros meses de vida parecía estar así, fuerte y sano.
Pero los problemas comenzaron desde el principio. El pequeño Grigory comenzaba a sentir un dolor inocente en las articulaciones y la espalda, un escozor que parecía inofensivo durante los primeros meses de vida. La situación pronto empeoró y se hizo necesario que lo examinara el médico que hizo el escalofriante descubrimiento: el niño sufría de atrofia muscular .
Para hacer la situación aún más dramática, ha contribuido una nueva derrota: Grigory probablemente no habría superado los cuatro o cinco años de edad.
El tiempo pasó inexorablemente y los músculos del pobre Grigory comenzaron a atrofiarse, hasta el punto de obligarlo a sentarse en una silla de ruedas .
Grigory cumple cinco, luego diez, luego quince y así sucesivamente. Para sus padres, nada mejor que saber que el médico estaba equivocado.
No habían sido años sencillos. Moverse era cada vez más difícil, por lo que salir y hacer amigos también era cada vez más difícil. Lo que le dio alivio fue una red social. A través de esta plataforma virtual pudo sentirse una persona como cualquier otra, expresarse como nunca había podido hacerlo. Tanto es así que un día expresó toda su frustración y tristeza en su página de Facebook, lamentando no poder crear una familia propia, en lugar de tener un hijo o incluso solo una pareja a su lado.
Pero nunca hubiera pensado que la vida finalmente algún día cumpliría este mayor deseo suyo . Anna, de Kazajstán, aparece en su vida trayendo consigo un soplo de aire fresco. Pronto comienzan a intercambiar mensajes a través de la web, estableciendo un vínculo fuerte.
Grigory inicialmente no tiene muchas esperanzas en esta relación debido a su discapacidad. Pasan muchas semanas antes de que encuentre el valor para hablar con ella sobre su amor y su condición física. Le envía el mensaje adjuntando su foto. La respuesta de Anna, completamente inesperada por parte de Grigory, revela que ella también tenía los mismos sentimientos por él, e inmediatamente planea embarcarse en un viaje de muchos kilómetros.
Pasan un rato solos, hasta que llega el fatídico sí. Deciden casarse con una ceremonia humilde, pocos invitados, solo los amigos y familiares más cercanos. La noticia pronto se vuelve viral, tanto que todo el mundo siente pasión por su amor.
Anna y Grigory son admirados por el mundo por su coraje y tenacidad. Una historia de amor digna de cualquier cuento de hadas, que nos permite soñar despiertos y sobre todo hacernos pensar que existe un alma gemela para todos nosotros. Lo que queda ahora es desear que vivan felices para siempre por el resto de sus vidas.
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