Esta es la historia del primer asesino en serie italiano, llamado «El Monstruo de Florencia». Mató a parejas jóvenes que andaban husmeando por ahí, acechando a las mujeres.
No todo el mundo puede recordar el caso del «Monstruo de Florencia», pero seguro que todos habrán oído hablar de él al menos.
Fue un caso impactante para toda Italia, aunque sólo afectara a los alrededores de Florencia.
Por primera vez en Italia se habló de un asesino en serie y ni siquiera fue la única hipótesis acreditada. También se habló de sectas satánicas o de fanáticos religiosos.
Algunos datos, sin embargo, eran ciertos y eran los más aterradores. Las víctimas eran siempre las mismas: parejas de enamorados que aparecían, en el coche o en la naturaleza, para tener un momento de intimidad. El monstruo de Florencia, entonces, aparecía y disparaba a los amantes con una pistola del calibre 22; luego se ensañaba sólo con la mujer, golpeándola violentamente con un cuchillo y mutilándola.
Los asesinatos se sucedieron con un ritmo irregular pero constante: del 68 al 85 el monstruo de Florencia aterrorizó a toda Italia.
El primer doble asesinato tuvo lugar el 21 de agosto de 1968. Un par de amantes fueron asesinados: una mujer y su amante. De hecho, el primero en ser sospechoso fue el marido de la mujer, que primero intentó defenderse pero luego confesó y fue detenido.
El problema era que los asesinatos de las parejas no se detenían ahí. En el 74, en Borgo San Lorenzo, dos novios, encontrados semidesnudos en su coche, fueron interrumpidos en un momento íntimo por disparos. Exactamente como la pareja del 68. Pero esta vez la joven también es apuñalada y mutilada: esta es la triste noticia que marcará todos los demás asesinatos que vendrán después.
Un nuevo asesinato en el 81 aporta un otro componente: la pareja es tiroteada y esta vez la mujer también es horriblemente mutilada, pero hay un sospechoso en particular que nos abre los ojos a un mundo oculto: Vincenzo Spalletti, el único sospechoso, es un mirón y como él hay muchos.
A partir de ese momento, se activa una alarma para todas las parejas, a las que se les pide que no salgan. Además, se desencadena la persecución de los mirones. Con las investigaciones llevadas a cabo sobre Vincenzo Spalletti, que luego fue exonerado, no se pudo encontrar al monstruo de Florencia, pero se descubrió el mundo de los mirones: personas que se equipaban con prismáticos y gafas de infrarrojos para espiar a las parejas apartadas. El miedo y las advertencias son inútiles: cuatro meses después de la liberación de Spalletti, otra pareja es asesinada, siempre con la misma modalidad.
Sólo en el siguiente caso el monstruo de Florencia no pudo completar su obra: en 1982 otra pareja es asesinada a tiros, pero antes de morir el hombre asesinado mueve el coche en una posición tal que no permite al asesino en serie apoderarse del cuerpo de la mujer para mutilarlo. Pero en 1982 la policía también obtuvo otra pequeña victoria sobre el asesino: se compararon los casquillos de todos los asesinatos desde 1968 hasta ese momento y se confirmó que se trataba de la misma persona.
Otro error cometido por el asesino muestra la poca planificación que hay detrás de las acciones del monstruo de Florencia. En 1983, dos jóvenes, dos turistas alemanes, fueron asesinados con la misma pistola del calibre 22. El monstruo de Florencia se dejó engañar por el largo pelo rubio de uno de los chicos y, pensando que era una pareja, disparó. Tras darse cuenta de su error, el Monstruo de Florencia huyó, dejando atrás las páginas rotas de una revista pornográfica.
En 1984 se encontraron los cuerpos de la pareja atacada gracias a una llamada telefónica anónima que indicó la posición de los cuerpos destrozados. Esta vez la mujer seguía viva cuando llegó la policía, aunque su pecho izquierdo estaba horriblemente destrozado. El último asesinato del monstruo de Florencia tuvo lugar en 1985 y, al final de la lúgubre operación, el asesino tuvo la osadía de enviar un jirón del pecho de la mujer asesinada a la fiscal Silvia Della Monica.
En 1985 se formuló una hipótesis sobre quién podría ser el Monstruo de Florencia. Pietro Pacciani, agricultor de Mercatale, fue denunciado por sus vecinos. El hombre fue acusado de violar repetidamente a su mujer e hijas, pero cuando la policía registró su casa encontró objetos de las víctimas del Monstruo de Florencia y cartuchos del calibre 22. Pietro Pacciani es detenido y acusado de ser el asesino en serie que llevan años buscando. Junto a él, Mario Vanni y Giancarlo Lotti también son detenidos y acusados de haber participado en algunos asesinatos.
Tras una serie de juicios en los que primero fue culpable y luego inocente, Pietro Pacciani fue encontrado muerto en su casa, probablemente para evitar que hiciera otros nombres o revelaciones sobre el caso. Así termina la trágica y macabra historia del monstruo de Florencia.
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