Todo parte de una teoría: el contacto directo con el cuerpo de los padres es mejor que una incubadora. Esta técnica también ha sido rebautizada como «cuidado canguro» o «terapia marsupial«, ya que se inspira en el modelo marsupial. Se originó inicialmente en Colombia en la década de 1970 y pronto se extendió a los países en desarrollo, donde había muy pocas incubadoras para salvar a todos los bebés nacidos prematuramente, este método resultó ser muy eficaz.
El contacto con la madre es importante no es nada nuevo, hoy la ciencia demuestra que este gesto puede ser terapéutico para el desarrollo psicofísico del niño, sobre todo en situaciones difíciles, como el parto prematuro.
El acercamiento con la madre (o el padre) favorece el crecimiento fisiológico de los sistemas nervioso, inmunitario y hormonal. Ayuda a afrontar el estrés, la alternancia sueño – vigilia y a ganar autonomía respecto a los cuidadores, regula los latidos del corazón, la oxigenación y la respiración del bebé.
Además, en los niños prematuros suele producirse un desprendimiento de la madre, que de este modo puede ser atendido y no constituir un peligro para el crecimiento cerebral del bebé. Fomenta un vínculo de amor con los padres del que había sido privado debido a los cuidados intensivos.
El bebé se coloca desnudo y erguido sobre el pecho igualmente desnudo de la madre, la cabeza se gira para que el pequeño oído pueda escuchar los latidos del corazón de la madre. Es un cuidado más humano y natural que la incubadora tecnológica.
Una teoría que Ewe Eward ha puesto en práctica de inmediato, como muestra la foto en la que se ve a un padre y a un hermano intentando amamantar a dos gemelos prematuros recién nacidos.
Según el estudio, de hecho, una vez que los gemelos prematuros han alcanzado los 700 gramos de peso, necesitan pasar el mayor tiempo posible en el regazo de sus padres. Según el profesor, el contacto con el pecho les ayuda a regular su temperatura corporal. Además, el bebé puede relajarse y ganar peso más fácilmente. Esta técnica también es muy eficaz para reducir el riesgo de infecciones en los bebés nacidos prematuramente.
El profesor Ewald fue a hablar de esta revolucionaria teoría al Hospital Hvidovre de Dinamarca. Más de 100 médicos, enfermeras y otros miembros del personal del hospital se reunieron para escucharle. El título de la reunión fue «Un buen comienzo en la vida», en colaboración con el departamento de neonatología del Hospital de Hvidovre.
Tras esta reunión, que influyó positivamente en los participantes, el hospital anfitrión de la reunión también decidió intentar utilizar el método introducido por el profesor Ewe Ewald. Por sus testimonios, parece que el contacto cuerpo a cuerpo funciona muy bien y, de hecho, están planeando nuevas investigaciones.
Para profundizar en el estudio, en concreto, del profesor le remito a este artículo: el padre y el hermano mayor ayudan a crecer a los gemelos. Esperemos que en el futuro esta teoría sea utilizada por todos los hospitales, para así disminuir las muertes de bebés prematuros.
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