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A pesar del coronavirus, Mallorca sigue siendo un lugar de peregrinaje para los estudiantes de 17 y 18 años cuando acaban la selectividad, ahora conocida como Evau. Después de dos largos años estudiando para poder elegir una carrera universitaria, los estudiantes acuden a la isla para celebrar el fin de esta etapa.
Este año, la celebración ha acabado en un macrobrote de coronavirus.
Las fiestas sin medidas, las aglomeraciones sin mascarilla, en definitiva, la relajación de las medidas debido al ambiente festivo, ha provocado 1600 casos positivos de las 4000 personas que acudieron a la isla para celebrar el fin de exámenes y su admisión a la universidad.
Por ello, el Govern balear ha decidido confinar a los estudiantes en un hotel, hayan sido positivos o no en una prueba PCR que se les ha realizado.
La fuerte medida del Govern no ha gustado a los estudiantes confinados ni a sus padres, especialmente a los que han dado negativo en la prueba PCR. A pesar de la presencia policial en el hotel, varios estudiantes han intentado volver a sus ciudades de origen y algunos lo han conseguido. Esta situación ha sido denunciada en el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 3 de Palma. La juez Sonia Martín aprueba únicamente el confinamiento de los estudiantes que hayan dado positivo en la prueba PCR. De las 249 personas, 68 siguen aislados, entre los cuales 14 están hospitalizados con síntomas leves. El resto han acudido en taxi a el puerto y al aeropuerto para abandonar la isla a grito de libertad.
El Govern balear advierte que esta decisión de los tribunales pone en peligro la situación sanitaria. Aun así, tras la dura insistencia de los padres de recuperar a sus hijos, el Govern ha propuesto crear una burbuja y llevarlos en ferry a Valencia. Una vez ahí, cada comunidad se hará responsable de sus estudiantes.
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