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Con la intención de sumar apoyo para encontrar a las niñas de Tenerife, Anna y Olivia, se ha solicitado la intervención de un buque oceanográfico. De momento, a través de esta herramienta, ha sido posible detectar algunos elementos extraños; sin embargo, las labores de búsqueda se han entorpecido debido a las mismas complicaciones del agua.
En tanto, todavía no se tiene una idea clara de qué les sucedió a las niñas y dónde se encuentran.
A la operación de la búsqueda y rescate se ha integrado el auxilio de la embarcación Ángeles Alvariño, dedicada a la investigación oceanográfica gracias a un robot submarino denominado Liropus.
De este modo, se pretende observar la superficie submarina, en busca de indicios que den una pista acerca de las niñas perdidas, con capacidad de maniobrar hasta por 2.000 metros por debajo del agua. Aunque el terreno está lleno de precipicios y rocas.
El desarrollo de este operativo se encuentra a cargo de la Guardia Civil y su intención es rastrear la zona submarina cubierta por Tomás Antonio G.C., mientras era rastreado por el sistema de geoposicionamiento de su propio dispositivo móvil. Para obtener acceso a esta información, la autoridad ha tenido que obtener un duplicado de la tarjeta de Tomás; consultado el periodo anterior de la desaparición.
De momento, las autoridades han obtenido algunas imágenes de las cámaras que fueron grabadas por la Marina de Tenerife y, junto a las declaraciones de un vigilante, se puede afirmar que Tomás tomo por segunda vez en la noche su lancha para salir a la mar (alrededor de las 00.30 horas). Además, previamente el padre de las niñas había llegado solo al puerto con su coche y subió maletas y bolsas a la embarcación.
Los investigadores, según Telecinco, barajan la posibilidad de que Gimeno utilizara piedras para lastrar los cuerpos de las menores y hacerlos desaparecer en el fondo del mar.
Posteriormente, y según reporta Guardia Civil, Tomás fue interceptado y se le aplicó una sanción por haberse saltado el toque de queda. Los agentes observaron el barco, pero no hubo nada que los hiciera sospechar; resaltado que, hasta ese momento, no se había levantado la denuncia por la desaparición de las niñas.
Después de un par de horas, fue localizada la lancha vacía, flotando a la deriva, en Puertito de Güímar. Inmediatamente, posterior a esto, los equipos de emergencia entraron en acción y lograron ubicar una silla para retención infantil flotando en el agua (al parecer, la silla de Anna).
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