El 6 de febrero de 2020 se produjo un desprendimiento en el vertedero de Zaldibar, País Vasco. En este desprendimiento desaparecieron dos trabajadores: Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán. Se inició un operativo de búsqueda que ya empezó con dificultades ya que se encontró amianto en los restos del desprendimiento.
El cuerpo de Alberto Sololuze apareció el 16 de agosto del mismo año. Sin embargo, más de un año después el cuerpo de su compañero Joaquín Beltrán no ha aparecido.
Antes de comunicarle la noticia a la prensa, el Lehendakari del País Vasco, Iñigo Urkullu, ha contactado personalmente con la familia y personas cercanas de Beltrán para darles la noticia. Posteriormente, las autoridades vascas daban la noticia a la prensa. El operativo ha contando con 100 personas entre policía, forenses y demás especialistas necesarios. Estos profesionales dividieron la búsqueda en 4 bases prioritarias, llegando a encontrar cerca de la autopista el coche de la víctima con las llaves puestas. La principal hipótesis que manejan las autoridades es que el cuerpo de Joaquín Beltrán haya sido descompuesto por los procesos químicos y físicos que tuvieron lugar en el desprendimiento y a lo largo del tiempo. Hay que recordar que de su compañero Alberto Sololuze solo se encontran restos óseos a los 6 meses, lo que indica una descomposición rápida. Las autoridades vascas defienden que han puesto todos los medios disponibles durante estos 15 meses y agradecen el esfuerzo y el buen trabajo realizados. Pero lamentan que aún así la búsqueda no haya tenido éxito.
La empresa que gestiona el verterdero donde ocurrió el desprendimiento, Verter Recycling, también ha mostrado sus condolencias a las familia de Joaquín y ha agradecido las labores de búsqueda llevadas a cabo. No solo han mostrado su preocupación por las labores de búsqueda sino tamibén se ha mostrado colaborativa con el gobierno vasco para investigar la causa del desprendimiento.
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