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Seis días han transcurrido desde la desaparición de Anna y Olivia, dos niñas de 1 y 6 años respectivamente junto a su padre en Tenerife. La Guardia Civil no descarta ninguna hipótesis y las labores de búsqueda se han intensificado en la isla.
La embarcación de Tomás Gimeno fue localizada a unas 15 millas del Puerto de Santa Cruz, por lo que el rescate se focaliza en el mar. El padre de las pequeñas se estaba divorciando de su pareja Beatriz Zimmerman.
Se suponía que debía entregar a las niñas a la madre el martes de la desaparición tras pasar cuatro horas con ellas.
Entre las acciones realizadas por las autoridades de seguridad de la región, se emitió una orden internacional por parte del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Güímar. La principal razón es la posibilidad de que tanto el padre como las niñas se encuentren en el extranjero. También se realizó una búsqueda exhaustiva en el mar, tierra y aire por parte de Patrulleras de la Guardia Civil, helicópteros y dos buques de Salvamento, sin novedades hasta el momento. La zona de rastreo abarca desde la Punta de Anaga, al extremo norte de Tenerife, hasta el extremo sur de la mayor isla del archipiélago y liderado por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil junto a agentes de la Unidad Central Operativa procedentes de Madrid.
Gimeno, de 37 años, oriundo de Tenerife, antes de desaparecer junto a las niñas amenazó a la madre con no volverlas a ver, ni a ellas ni a él. Se trataría de hombre “eléctrico y pasional” con varios altercados con su familia en el pasado. En su prontuario aparecen varios episodios de robos, peleas, multas de tráfico e intentos de estafa. Hay un requerimiento de las autoridades a varias entidades financieras para comprobar algún movimiento bancario por parte del padre en los días previos a la desaparición.
Por su parte, Zimmerman escribió un mensaje muy sentido y con optimismo en la emisora Cope Canarias respecto al destino de Anna y Olivia: “Mi mensaje es que manden mucha luz y amor a las niñas, que estoy segura de que están bien. Que no miren las noticias alimentando la mala energía, que todo el mundo piense que las niñas son una bonita luz, que están protegidas y que, cuando menos lo esperemos, estarán jugando y corriendo felices”. La madre finaliza su manifiesto expresando el deseo de que todo el mundo “tenga una emoción fuerte de que aparezcan y que den las gracias por adelantado, sintiendo de corazón que ya están con su madre”.
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