El crimen del Hospital de Alcalá de Henares, donde un conductor de ambulancias degolló a un enfermero, apunta a que fue por celos.
El crimen del conductor de ambulancias, en el Hospital de Alcalá de Henares, fue por celos. Esta es la principal hipótesis sobre el asesinato de un enfermero dentro del Hospital, que tuvo lugar el pasado 7 de marzo.
El conductor de ambulancias mató por celos
El crimen del conductor de ambulancias arroja la principal hipótesis de que se realizó por celos. El suceso tuvo lugar dentro del Hospital de Alcalá de Henares, donde el conductor de ambulancias degolló a un enfermero.
La víctima mortal fue asesinada el mismo día de su cumpleaños.
Se trataba de Sergio Luis García, de 41 años, que trabajaba en Urgencias del Hospital Universitario Príncipe de Asturias, en Alcalá de Henares. Divorciado y con dos hijos menores, era reconocido por su actividad sindical. Apareció varias veces en los medios, denunciando la precariedad y las malas condiciones que sufrían los enfermeros, durante la pandemia.
El presunto asesino se trataba de un conductor de ambulancias, llamado Gonzalo, de 39 años de edad. Llevaba, al menos, 10 años trabajando como técnico de emergencias. Además, no tenía ningún antecedente penal o problemas psiquiátricos.
Por lo tanto, la principal hipótesis que se maneja en la investigación es que el crimen fue por celos. El conductor de ambulancias tenía sospechas de que su novia, enfermera en Urgencias, tenía una relación con Sergio, y así se lo hizo saber en contadas ocasiones a sus amigos más cercanos.
Ensañamiento en el ataque
Los hechos se produjeron cuando Gonzalo se encontraba fuera de servicio. No le tocaba trabajar, sin embargo, llegó al hospital sobre las 14.15horas, vestido con su uniforme con el objetivo de buscar a Sergio.
El enfermero se encontraba en la sala de descanso y ambos tuvieron una fuerte discusión cuando se quedaron solos en la habitación. Tras esto, Gonzalo atacó a Sergio con un fuerte ensañamiento. Le degolló con un cuchillo y, después, recibió varias puñaladas, llegando a rajarle los testículos.
En escasos instantes, llegó un trabajador que dio la voz de alarma a dos policías nacionales, que se encontraban en el hospital. El presunto asesino se atrincheró en una sala, pero los agentes lograron inmovilizarlo y detenerlo.
LEA TAMBIÉN: