Hoy, 10 de noviembre de 2020, comienza el juicio por los atentados del 17 de agosto sucedidos en Barcelona y Cambrils. Los actos acabaron con la vida de 16 personas.
La Audiencia Nacional comienza a juzgar a los tres acusados de formar parte de la célula yihadista que atentó en Catalunya el 17 de agosto de 2017 y que dejó 16 fallecidos y cientos de heridos en las calles de Barcelona y Cambrils.
La sede de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares albergará la veintena de sesiones previstas de este juicio que se celebrará más de tres años después del atentado y que se alargará hasta diciembre.
Durante el juicio por los atentados del 17 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils se juzgará a tres personas, ninguna de ellas autores directos de la masacre pues fueron abatidos por la policía durante la persecución.
Uno de ellos será Mohamed Houli Chemlal. Él estaba en la casa de Alcanar cuando se produjo la explosión en la que murió el imán, horas antes de los atentados. Aquella explosión se produjo en el lugar donde guardaban todos los artefactos confeccionados, provocando un cambio en los planes de la célula, que decidió actuar de manera improvisada y no continuar con los planes de atentar contra lugares emblemáticos, principalmente de Catalunya.
El acusado reconoció inicialmente ante los agentes que el comando, “los muyahidines de Ripoll”, como se definían ellos, estaba liderado por los tres amigos de mayor edad: Mohamed Hichami, Youssef Aalla y Younes Abouyaaqoub.
El segundo acusado, Driss Oukabir, niega cualquier vinculación con la célula y su participación en los hechos del 17-A. Pide la nulidad de las actuaciones porque cree que no se guardó adecuadamente la cadena de custodia de los efectos intervenidos tras su detención.
Said Ben Iazza, tercer acusado, niega saber para qué quería la célula su furgoneta. Conocía a Younes Abouyaaqoub de la mezquita. Según él, un día entró en su carnicería y le pidió el vehículo para comprar productos de limpieza, a cambio de dinero.
La Fiscalía solicita para Driss Oukabir, Mohamed Houli Chemlal y Said Ben Iazza penas que van desde los ocho a los 41 años por delitos entre los que no se incluye el de asesinato.
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