El rey emérito Juan Carlos I cuenta ya con tres causas abiertas contra él. Al parecer la última de ellas mediante la información aportada por «inteligencia financiera».
Tras la información de «inteligencia financiera» Fiscalía ha emprendido una nueva línea de investigación contra el rey emérito, tal y como ha pronunciado la fiscal general de Estado Dolores Delgado.
Estas sospechas serán investigadas también por la Fiscalía del Tribunal Supremo, según afirma el fiscal jefe de Anticorrupción Alejandro Luzón. Hasta el momento, este organismo se ha ocupado de las otras líneas de investigación abiertas contra el emérito. Las supuestas actividades ilícitas que se le atribuyen no son tema baladí, por ello Fiscalía está estudiando cada detalle de las causas.
La primera de ellas salió a la luz en junio de 2020, a propósito de la construcción del denominado «AVE de La Meca» que une las ciudades de Medina y La Meca, pues se cuestiona la involucración de Juan Carlos I en este proyecto. Es por ello que Anticorrupción pretendía esclarecer adónde fueron a parar los 80 millones de euros que el emérito se embolsilló, en esta comitiva. Como afirmaba Corinna Larsen, el emérito consiguió esta escalofriante cifra gracias a su intervención para que las obras ferroviarias fueran asignadas a empresas españolas.
Aunque no han encontrado indicios de delito fiscal en la operativa de Arabia Saudí, la causa volverá a Anticorrupción para continuar investigando a personas no aforadas. El dilema legal al que se enfrenta el rey emérito es mayor, pues así lo muestra la segunda línea de investigación. Esta semana se ha revelado que el monarca pudo haber usado tarjetas opacas con fondos procedentes del extranjero. Además, no aparecía él como titular de la cuenta bancaria, lo cual concuerda con los años posteriores a su abdicación. Los hechos se produjeron entre 2016 y 2018, años en los que ya no era intocable.
Las sospechas parten de la Comisión de Prevención del Blanqueo de Capitales, debido a movimientos extraños de la cuenta del teniente coronel del Ejército del Aire Nicolás Murga Mendoza. Probablemente este militar actuara como testaferro de Juan Carlos I. Dato que se corrobora con el hecho de que los gastos provenían de Allen de Jesús Sanginés-Krause, empresario mexicano y amigo del monarca. Ahora el emérito se enfrenta a su tercera causa abierta, cuya motivación es probable que se deba a un presunto blanqueo de capitales.
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