La Guardia Civil ha detenido a un captador del Estado Islámico en Alicante que difundía que la pandemia es un castigo de Alá.
La Guardia Civil ha detenido en Altea (Alicante) a un captador el Estado Islámico (EI) que difundía mensajes propagandísticos en redes sociales para radicalizar a jóvenes a través del mensaje de que la pandemia es un castigo de Alá contra Occidente.
Aunque en los últimos meses la captación ha sido menor según la Europol, el gancho del coronavirus como castigo divino toma fuerza entre los captadores.
Detenido un captador del Estado Islámico
Uno de los lugares donde el EI gana más adeptos y radicaliza a nuevos integrantes es Internet.
La Organización Terrorista recomienda a sus participantes que se queden en su lugar de residencia y actúen desde allí para levantar menos sospechas. Este ciudadano residente de Alicante dedicaba todo su tiempo a lanzar mensajes de odio contra Europa en redes sociales y una de las idea que estaba difundiendo es que la pandemia del coronavirus ha sido causada para castigar a los infieles. Pensar que este mal común es algo «merecido», en un momento de incertidumbre y angustia como el que vivimos, puede suponer un número mayor de nuevos radicalizados en este tipo de organizaciones violentas.
La operación conocida como Altea tuvo lugar el martes y detuvo al presunto propagador de odio. Primero, lanzaba una invitación a usuarios potenciales y una vez los captaba hablaba con ellos por mensajes privados donde comenzaba el proceso de la conocida como «radicalización exprés«, un proceso basado en la interiorización de ideas de extrema violencia a través de ideas de castigo en un corto período de tiempo. Desde la Guardia Civil explican que no ha sido fácil dar con él debido a los cifrados que utilizaba para bloquear su localización.
El detenido nació en 1970 y residía en Altea, y ya ha sido puesto a la disposición del Juzgado de instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, donde será interrogado y previsiblemente acusado de un delito de propaganda terrorista. En España hay una de las mayores cúpulas de los grupos yihadistas radicales y captadores, que convencen a objetivos potenciales de formar parte de la organización desde argumentos extremos como el mensaje lazando por este captador.