Ángela Sánchez, una mujer de 34 años, requiere una operación altamente peligrosa pero, por la crisis del Covid-19, lleva tres meses esperando la cirugía.
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Se trata de Ángela Sánchez, una mujer de 34 años, que sufre de una extraña condición pancreática que requiere de una operación altamente peligrosa pero, por la crisis sanitaria del Covid-19, lleva tres meses esperando el procedimiento. El dolor es tan alto que requiere estar medicada con morfina, opiáceos que son altamente adictivos, y con cada día que pasa, su estado de salud se sigue deteriorando poniéndola, así, en una posición muy difícil ante la institución sanitaria donde esta siendo atendida.
Ángela: tres meses esperando una operación
La operación que está esperando Ángela es la extirpación total de su páncreas, una cirugía sumamente peligrosa de más de diez horas, la única y radical solución disponible por el estado tan grave de deterioro del órgano.
Esta operación se ha visto retrasada por la actual crisis sanitaria del Covid-19 que, como ha argumentado el Servicio de Atención al Usuario del Hospital Negrín, ha hecho que los centros de salud prioricen y solo hagan operaciones relacionadas a pacientes oncológicos.
El estado de salud de Ángela Sánchez
El estado de salud de Ángela es cada día mas grave, y es que con solo 34 años, su páncreas parece triplicarle la edad, con nueve pancreatitis recurrentes desde 2017. Después de más de un año con las mismas dolencias, y después de múltiples pruebas, el equipo médico que atiende su caso en el Hospital Negrín, decidió practicarle una pancreatectomía total para acabar de una vez por todas con su sufrimiento.
La paciente explica como el cirujano digestivo que la trata, Francisco Jesús Cruz Benavides, le había dicho que en agosto, después de sus vacaciones, iba a solicitar un quirófano para la intervención. Ella lo defiende asegurando que «él hace todo lo posible por operarme, pero desde el equipo de dirección médica no le dan quirófano para mí, solo para pacientes oncológicos».
Esto coincide con la respuesta que recibió Sánchez cuando hizo una solicitud al hospital a principios de septiembre. «Lamentablemente en la actual situación extraordinaria de la pandemia de Covid solo se están operando a pacientes oncológicos. Está en lista de espera con criterios de prioridad alta» respondió el jefe del Servicio de Cirugía General del Hospital Negrín.
Sin embargo, en los primeros días de octubre, volvió a presentar otro escrito solicitando la aceleración de su cirugía, como también ha desarrollado ciertos hábitos para que no se olviden de su caso. «Me comunico cada viernes con el servicio de lista de espera y las secretarias solo me pueden decir que sigo sin obtener quirófano», dice Sánchez. Muy consciente de todo, ella también se pregunta como será la situación en ciudades donde el Covid-19 si se siente: «Y eso que estamos en la comunidad donde la epidemia se nota menos. Si estuviéramos en Madrid, no sé cómo sería», lamenta la joven.
El apoyo psicológico que ha recibido
Además de la situación tan ardua en la que se ve, ella también confiesa como la cirugía le aterra. Esta intervención es sumamente peligrosa, pues dura mas diez horas y el proceso de recuperación también lleva un tole muy duro en el cuerpo. Al extirparle el páncreas en su totalidad, para ella va a ser imposible llevar una vida relativamente normal. Sin embargo, es consciente de la necesidad de esta cirugía para evitar futuras, y peores, complicaciones: «Me da miedo, pero dejarlo ir va a ser peor. Cuanto más tiempo pasa, las posibilidades de tener complicaciones se amplían».
La paciente ha recibido apoyo psicológico para enfrentarse a la realidad que le espera después de salir de la cirugía, como también también destaca el apoyo moral de su médico de cabecera, quién tampoco entiende qué está pasando con ella. Aún así no deja de sentirse sola y confiesa que «no puedo más. Nadie me atiende y solo me dan excusas. Después de 15 años trabajando y cotizando, no tengo ayuda».
Sánchez concluye diciendo que su caso no puede ser un caso particular, que «no solo los pacientes de covid y oncológicos tienen patologías mortales o que se puedan complicar. Creo que mi situación no está siendo valorada con la gravedad que tiene y pido que actúen lo antes posible antes de que sea tarde». Aunque la paciente ha sido resiliente ante su situación, ella está convencida que no es la única persona en Canarias cuya vida pende de un hilo, y que con cada día que pasa, ese hilo es más fino por culpa de la pandemia.