Condenada a 2 años de prisión la presidenta de Infancia Libre.
La presidenta de Infancia Libre, María Sevilla, ha sido condenada a dos años de prisión por secuestro de su propio hijo. El menor estuvo retenido sin poder ver a sus familiares y sin escolarizar en una finca de Cuenca. Además de ingresar en la cárcel, tendrá que pagar una multa de 5.000 euros a su padre por daños morales.
Ella defiende que se lo llevó para protegerlo de abusos.
Condenada la presidenta de Infancia Libre
El Juzgado de lo Penal número 23 de Madrid ha condenado a 28 meses de prisión a la presidenta de Infancia Libre, María Sevilla, acusada de sustracción de menores.
La madre del pequeño sustraído perdió la custodia en 2017, pero Sevilla argumenta que se llevó a su hijo para protegerlo después de haber sufrido abusos sexuales por parte del padre.
Además de Sevilla, hay otras detenidas: Patricia G.A y Ana María B.V. Patricia sí tenía la custodia de su hija y Ana María fue detenida cuando entraba a trabajar en La Paz, donde trabaja como enfermera. Había denunciado a su expareja por violencia de género. Pese a las diferencias en los casos, la investigación se planteó investigar a Infancia Libre como organización criminal, causa que se archivó por la Fiscalía.
Según el Juzgado, María Sevilla ha sido condenada porque no concedió información del paradero de su hijo al padre: «impidiendo con ello que el menor estuviera con su padre así como que este ejerciera los derechos y deberes inherentes a la custodia que le correspondían», reza la sentencia.
El auto de detención fue presentado el 30 de noviembre de 2018, y la madre y el niño fueron encontrados en marzo del año siguiente en Villar de Cañas. Desde junio del año pasado, la madre tiene acceso a ver al niño en visitas en un punto de encuentro.
La sentencia llega entre las críticas y las dudas de expertos de si realmente se trata de un secuestro deliberado o la lucha de una madre por proteger a su hijo de abusos. Gloria Poyatos, experta en género, explicaba sobre el caso que «El impacto social y mediático tan virulento, radical y exagerado que ha tenido este asunto tiene que ver con la devaluación de las mujeres. No de una, de dos o de tres… sino de todas las mujeres. Y esto forma parte de la perpetuación de los roles sexistas como es el de la inferioridad moral de las mujeres. La forma en la que se enfocó este tema afecta de forma directa en la falta de credibilidad de las mujeres y esto tiene un impacto claro en los procesos de familia».