Lujoso restaurante de Madrid cierra por las pérdidas. El restaurante hacía la PCR a sus clientes.
Lujoso restaurante cierra ahogado por las pérdidas tras exigir PCR a sus clientes, pues «era insostenible».
PCR para entrar en el restaurante
Animados por el plan de desescalada y las medidas de prevención que el Gobierno proponía. Tras el perídodo de confinamiento, la producción de pantallas de metraquilato se dispararon.
Javier Pérez, director de la cadena de lujo VP Hoteles, preparó un ambicioso plan de vuelta, referenciado en distintos medio: kit COVID para clientes (mascarilla, guantes y gel), medición de temperatura, desinfección de hoteles enteros por nebulización y hasta un test obligatorio con resultado negativo antes de entrar al restaurante.
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Un post condiviso da Ginkgo Restaurante & Sky Bar (@ginkgoskybar) in data: 29 Set 2020 alle ore 1:49 PDT
Sin embargo, a pesar de todas estas medidas, no tuvo mucho éxito. «Hicimos doce, si no me falla la memoria», comenta Javier Pérez.
Ninguna de estas medidas sirvieron a Pérez para reflotar su negocio. Este domingo 27 de septiembre cerró su restaurante principal, el Ginkgo Sky Bar, situado en la azotea del hotel de cinco estrellas que posee en la Plaza de España de Madrid.
Estamos con el agua al cuello. Las pérdidas son millonarias. Tenemos dos hoteles cerrados y tres abiertos, que aguantan malamente, con precios bajísimos y ocupación del 30%. Y los restaurantes, fatal. Tenemos que ver qué hacemos: si apostamos de nuevo o echamos el cerrojo.
De los tres restaurantes, solo mantiene uno abierto. Presentará a la plantilla un plan de reducciones de jornada y salarios para ver cómo tirar. «Y a ver quién va a ERTE, o a ERE si es necesario», señala.
Javier señala que la inversión ha sido costosa. Pérez echa cuentas y enumera los gastos. En higiene ha sido más de 150.000 euros, que en condiciones normales sería lo que inviertería en un año, a eso le sumanos los tests y el IBI. «En conjunto, este año vamos a tener pérdidas de 6,5 millones de euros», apunta.
El empresario sobrevive a base de pedir carencias al banco y créditos ICO. Asegura que el remedio ante esta situación es la necesidad de turistas.