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Hombre aplasta hasta la muerte un ejemplar de pez luna

Hombre aplasta hasta la muerte un ejemplar de pez luna en las orillas de la playa de Roquetas de Mar, Almería. Este no es imputado.

Hombre aplasta hasta la muerte un ejemplar de pez luna en la orilla del mar. La fiscalía provincial de Almería concluye que el autor del triste incidente del pasado mes de agosto en Roquetas de Mar no- imputado.

Hombre aplasta un pez luna

El asesino, se hizo tristemente famoso el pasado mes de agosto después de aplastar hasta la muerte a un ejemplar adulto de pez luna. El acontacimiento transcurre en una playa de Roquetas de Mar, Almería.

Tras revisar la denuncia presentada, la Fiscalía provincial de Almería ha concluído que la conducta del bañista, autor de los hechos es «reprochable desde muchos ámbitos», pero «no penalmente» por lo que la denuncia es archivada .

El informe del Seprona de la Guardia Civil se pronuncia en la misma línea sobre los hechos denunciados por la entidad Equinac, indica que el Mola mola,

«no es una especie protegida cuya pesca esté expresamente prohibida por normas específicas», según informaciones difundidas por Europa Press

Equinac informó de que la denuncia se dirigía contra un hombre, «propietario de un negocio de hamacas», que fue grabado mientras cometía los hechos. Según relataron testigos, alegó que el animal «le estaba quitando la clientela y que le estaba molestando a él y a los bañistas».

En las imágenes grabadas se ve como el hombre captura al ejemplar, lo saca hasta la orilla, lo inmoviliza volcando su cuerpo sobre él, y le provoca gran presión sobre la caja torácica, manteniéndolo fuera del agua hasta la muerte.

La necropsia que se le practicó en el Aquatium ˋCosta de Almería´reveló muerte por «aplastamiento e hipoxia». Por su parte, la Guardia Civil incoó procedimiento sancionador por desobediencia.

Cuando se recibió el aviso de lo que pasaba en la playa, testigos llamaron al 112. Equinac, alertó a la Guardia Civil. Desde la entidad remarcaron que el animal sufrió «una muerte cruel y agónica», cuando estaba «tranquilamente en su hogar, sin hacerle daño a nadie»

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