Un joven de 28 años, del que no tenemos más datos, ingresó hace unos días en la clínica universitaria de Benha tras presentar dolores en el estómago por ingerir un teléfono móvil.
El paciente acudió al hospital del norte de Egipto tras sufrir dolores en el abdomen. La radiografía terminó confirmando lo que los médicos que le atendieron sospechaban. Dislucidaron que en su estómago se alojaba un teléfono móvil.
Cuando mis ayudantes me dijeron el diagnóstico, no podía creerlos, reconoce en una conversación con EL MUNDO Hisham el Sayed, el doctor que llevó el caso y realizó la operación de extracción del aparato de su estómago.
El ingresado, joven de 28 años acudió a la clínica univesitaria de Benha, una ciudad a 45 kilómetro al norte de El Cairo.
Se quejaba de dolores y decía haber ingeriodo un móvil. Pedí que le relizaran una nueva radiografía desnudo porque dudaba del primer examen y pensaba que se la habúan tomado vestido, con la posibilidad de que el terminal estuviera oculto entre la ropa, comenta HishamelSayed.
Los especialistas no saben cómo ingerió el móvil ni si el joven presenta problemas psicológicos. Sus parientes afirman que el incidente se produjo cuando bromeaba con unos amigos.
El médico encargado de la investigación ha logrado eliminar el teléfono móvil.
Abrí su abdomen y ví efectivamente que había alfo sólido. Cuando lo saqué no sabía lo que era. Parecía un objeto envuelto en una bolsa de plástico. Pensé que era marihuana y llamé a la policía del hospital para que quedara registrado y no tuviéramos problemas con la familia.
Según fuentes policiales, el joven presentaba antecendentes y había pasado un periodo en la cárcel. Aún se desconoce la causa por la que llevó a cabo tal acto.
No sabemos si lo hizo por su voluntad o forzado pero no somos policías para investigar los hechos. Lo que tengo claro es que debió de pasar recientemente, afirma Hisham el Sayed tras realizar la operación en estos tiempos de coronavirus.
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