El pasado domingo, 16 de agosto, se hallaron los restos óseos de uno de los trabajadores desaparecidos en el derrumbe del vertedero de Zaldibar.
Fuentes del Departamento de Seguridad han confirmado a Europa Press que el ADN de los restos óseos que se hallaron en el vertedero de Zaldibar (Vizcaya) se corresponde con el de Alberto Sololuze, uno de los trabajadores que desapareció el pasado mes de febrero cuando se produjo un derrumbe en el vertedero.
El pasado domingo, 16 de agosto de 2020, se encontró en el vertedero un hueso envuelto en tela a 23 metros de profundidad. Posteriormente, se confirmó que el hueso pertenecía a un ser humano. Desde que se encontró el hueso, fueron apareciendo más restos óseos junto con algunos objetos personales como una cámara de fotos, una correa de reloj, unas gafas de sol y un candado.
Los restos óseos y los objetos personales de Alberto Sololuze fueron hallados en la zona B1 del vertedero del Zaldibar, junto a la báscula. Se trata del lugar en el que se sospechaba que el hombre estaba trabajando en el momento del derrumbe.
Según han informado a la agencia las mismas fuentes, el hallazgo ha sido comunicado a la familia del fallecido y al juez que llevaba el caso. Alberto Solouze desapareció durante el pasado mes de febrero junto con su compañero Joaquín Beltrán en un derrumbe del vertedero.
La catástrofe de Zaldibar
El pasado 7 de febrero hubo un derrumbe de toneladas de materiales en el vertedero de la localidad vizcaína de Zaldibar. Alberto Sololuze y Joaquín Beltrán, dos trabajadores del sumidero, quedaron sepultados durante el derrumbamiento. Las labores de rescate de los dos empleados fueron suspendidas solo un día después de la catástrofe ya que se detectó la presencia de amianto entre los materiales, un mineral muy tóxico para la salud.
El derrumbe de Zaldibar provocó una crisis medioambiental sin precedentes en la zona. La catástrofe emitió altos niveles de dioxinas y furanos, que derivaban de los fuegos registrados entre los residuos del vertedero. El nivel de contaminación fue tan alto que el departamento de Medio Ambiente llegó a recomendar a los habitantes que mantuviesen las ventanas cerradas y evitasen estar al aire libre.
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