La Residencia de La Mareta, en Lanzarote, será el destino elegido por Pedro Sánchez para pasar sus vacaciones.
El Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pasará unos días de vacaciones en la residencia de La Mareta, la cual fue cedida por Juan Carlos I al Estado.
Vacaciones en Lanzarote
Pedro Sánchez ha elegido Lanzarote como destino de sus vacaciones.
El Presidente del Gobierno descansará unos días en la maravillosa residencia de La Mareta. Esta residencia está caracterizada por ser una de los lugares patrimonio de la Familia Real Española, pero gestionada por el organismo público Patrimonio Nacional.
La residencia de La Mareta es una moderna casa-palacio mandada a construir por el rey Hussein I de Jordania en los años 70.
Su arquitecto fue Fernando Higueras y el artista que la diseño fue el lanzaroteño César Manrique.
Esta casa fue regalada por el rey Hussein I a su amigo Don Juan Carlos I a finales de los años 80. El rey émerito, protagonista de las últimas noticias polémicas estas semanas, fue quien traspasó dicha residencia al Estado, tras rechazar pagar a Hacienda 40 millones de euros, por la propiedad.
Por ello, varias personas cercanas a la monarquía aseguran que es curioso que el Presidente del Gobierno vaya a pasar en esta residencia las vacaciones. Pues algunos aseguran que el propio Pedro Sánchez ha presionado estos últimos días a Felipe VI para provocar la salida de Juan Carlos I de España.
La Mareta convertida en búnker
Tras conocerse que el presidente del Gobierno disfrutará de unos días de vacaciones, varias han sido las voces críticas hacia Sánchez. El aumento de rebrotes que está sufriendo España es uno de los motivos por las que muchas personas discrepan de la decisión de Pedro Sánchez de irse unos días de descanso.
Según algunos medios de comunicación, Sánchez habría mandado realizar jimportantes cambios en el complejo de La Mareta antes de su visita vacacional. Según algunas informaciones, se habrían elevado varios metros los muros que delimitan la residencia y el jardín de la finca. Unas pantallas blancas y opacas, de dos metros, por encima de las vallas. Con esta medida, el presidente del gobierno pretendería lograr una mayor privacidad en el interior.