El temporero fallecido el sábado 2 de julio por un golpe de calor mientras descargaba un camión de sandías llegó al hospital sin pulso y en parada cardiorrespiratoria, y dio negativo en la prueba del covid-19. El terrible desenlace tuvo lugar en una finca ubicada entre los municipios murcianos de Puerto Lumbreras y Lorca.
Así se recoge en el parte médico de la Guardia Civil de Águilas, en el que se indica también que el trabajador de 41 años y natural de Nicaragua entró en el centro hospitalario Rafael Méndez de Lorca en estado de coma.
Según fuentes de la investigación, fue sometido durante cuarenta minutos a un masaje cardíaco sin éxito, después de lo cual fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Murcia para que le realizaran la autopsia.
«Aquí a uno lo humillan, me llaman burro. No estoy acostumbrado a que me traten así».
Son palabras que habría expresado el trabajador agrícola, según su hermana Eleazar Blandón. La familia pide ayuda para repatriar el cadáver a Nicaragua. Hasta allí enviaba dinero para su mujer y sus cinco hijos, uno de ellos recién nacido, al que nunca llegó a conocer.
El juzgado de instrucción de Lorca que dirige las investigaciones decretó este lunes la puesta en libertad sin fianza del empresario ecuatoriano para el que trabajaba el fallecido. El auto en el que se acuerda la libertad señala que aunque se deducen bastantes indicios para estimarlo responsable de un delito contra los derechos de los trabajadores, por el momento no procede la implementación de medidas para la privación de su libertad.
Las diligencias del caso tramitadas por la Guardia Civil de Águilas señalan que el empresario manifestó en un principio que cuando viajaba en su furgoneta con otros dos trabajadores encontraron a una persona desvanecida, por lo que procedieron a trasladarla a un centro de salud de Lorca, desde el que después sería trasladado al Rafael Méndez .
Sin embargo, con posterioridad admitió ante los agentes que la persona fallecida, por la que volvió al centro de salud para interesarse por su estado, era un trabajador suyo que llevaba con él dos o tres días y al que no había dado aún de alta en la Seguridad Social.
Los investigadores han recogido en el atestado las declaraciones de los compañeros de trabajo del jornalero fallecido, uno de los cuales ha indicado que por la mañana sufrió un desmayo y tuvo que sostenerlo para evitar que cayera al suelo. Además, otro trabajador expuso a los agentes que la jornada laboral se extiende de 7:00 a 15:00, de lunes a sábado y que solo descansan los domingos.
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