El Coronavirus ha traído consigo una verdadera situación de emergencia social en Barcelona. Las fuentes municipales señalan que durante la pandemia “ha aumentado el sinhogarismo, la tendencia es preocupante. Es necesario parar la caída para evitar la cronificación de los que se quedan sin hogar a causa del coronavirus”.
El número de personas sin hogar cada vez es más alto y el perfil más heterogéneo. Cada vez hay inmigrantes y jóvenes que se suman a los sin techo crónicos.
Después de la crisis del coronavirus, Barcelona se da de bruces con una emergencia social.
Según Griselda Bereciartu, de la Fundació BarcelonActua, cada día hay más jóvenes e inmigrantes con escasísimas posibilidades de conseguir empleo, se quedan sin hogar. Bereciartu ha explicado al diario La Vanguardia que “la situación habitacional es desesperada, superalarmante, tenemos un montón de chicos sin hogar; los centros de menores están dejando a jóvenes en la calle, porque llegan a la mayoría de edad y se han agotado todas las prórrogas, los permisos de residencia no han podido ser expedidos, está siendo muy difícil que les den cita para tomarles las huellas digitales. El panorama de los extutelados es un desastre, los centros de acogida nos contactan para decirnos que uno tras otro, al cumplir los 18 años, van directos a la calle. Estoy muy preocupada”.
“Es necesario parar la caída para evitar la cronificación de los que se quedan sin hogar a causa del coronavirus”
Siguiendo los datos de junio del Ayuntamiento de Barcelona, las calles de la ciudad alojan a un total de 996 personas sin hogar. De estos, un 95% son migrantes y un 56% ha vivido en un centro de acogida de menores, según un informe realizado por la Fundació Arrels. Para Bereciartu, el problema radica en la ley de Extranjería que “condena a muchos a sobrevivir sin documentación y sin trabajo, esto es absurdo y tiene un altísimo coste social; en Catalunya hay unas 150.000 personas sin papeles”.
El párroco de Santa Anna, Peio Sánchez, apunta a La Vanguardia que “después del confinamiento seguimos viendo a personas en riesgo de acabar e la calle y aunque es difícil dar cifras y tener una visión global, mi impresión es que tenemos y tendremos a más gente sin hogar. Hay zonas donde la situación se desborda, las Misioneras de la Caridad, las Calcutas, estás muy preocupadas, siguen repartiendo 400 comidas calientes cada mañana y hay días que no hay para todos”. Sants-Motjuïc, Eixample, Sant Martí y Ciutat Vella son los distritos en los que “duermen” la mayoría de sin hogares.
“la situación habitacional es desesperada, superalarmante”
Advierte que la situación se verá agravabada en la “nueva realidad”. La iglesia de Santa Anna ha habilitado un comedor para servir almuerzo a 100 usuarios; cifra que no aumentará, por el momento, para mantener la distancia de seguridad entre los usuarios. “En estos momentos solo aceptamos a los sin hogar. Estamos empezando a ofrecer los martes y jueves el servicio de ducha y lavandería, y en septiembre abriremos un piso para cuatro jóvenes migrantes que durante un año se formarán como vigilantes”, ha proseguido el párroco.
Añade Sáchez que “el confinamiento también ha destapado situaciones de violencia machista” en las familias sin recursos. Al respecto, la Funcació Assís y BarcelonActua han puesto en marcha equipamientos para mujeres que lo han perdido todo.
“El confinamiento también ha destapado situaciones de violencia machista”
El sistema de albergues del Ayuntamiento de Barcelona está siendo reformulado. Según fuentes municipales, “se ha visto que este modelo es obsoleto, debe promoverse el alojamiento en habitaciones individuales, en microapartamentos”. Los tres albergues que eran de primera acogida han interrumpido sus admisiones y reducido su capacidad, debido al COVID-19.
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