La Familia Real en el Homenaje de Estado a las victimas de la pandemia
Durante la mañana de este jueves, 16 de julio, ha tenido lugar el homenaje de Estado a los fallecidos durante la pandemia de coronavirus. Uno de los momentos más característicos del acto ha sido cuando se ha podido presenciar a la Infanta Leonor pedirle a su padre, el rey Felipe VI, que se pusiera la mascarilla.
En este homenaje de Estado han acudido todos los miembros del Gobierno, presidentes de las CCAA y figuras de la política europea. Entre todos los asistentes había un elemento común: el uso de mascarilla.
El acto concluía con el discurso del Rey Felipe VI.
Durante su discurso, se ha quitado la mascarilla para poder hablar con claridad, tras ello, ha vuelto a su asiento con el detalle de que se le había olvidado volverse a poner el cubrebocas. Es aquí donde ha sucedido una de las anécdotas del acto.
La princesa Leonor, que estaba sentada a su lado, ha estado más atenta que su padre y le ha susurrado a éste que debía colocarse la mascarilla de nuevo. Felipe VI, seguidamente, ha buscado su mascarilla en la americana para volvérsela a poner, agradeciendo posteriormente el detalle de su hija.
La mayoría de la gente que ha presenciado esta escena ha resaltado la atención de la princesa en los pequeños detalles y, sobre todo, ha hecho un gesto que muchas personas deberían aplicarse.
Antes de esta pequeña anécdota, el Rey ha realizado un discurso de apoyo a los familiares de fallecidos durante la pandemia del coronavirus. El Rey ha afirmado que España ha dado «una lección de inmenso valor y superación» ante esta pandemia.
Además, el Jefe de Estado ha pedido «unidad, desde el respeto y entendimiento, para poder mirar al futuro con confianza y esperanza«. Dirigiéndose hacia los familiares de aquellas personas que perdieron conocidos en la pandemia ha afirmado que «no están solos en su dolor y la ciudadanía no los olvidará nunca».
Ante los representantes institucionales que han asistido al acto, el monarca ha animado a que «todos nos comprometamos en esa deuda moral y deber cívico» para parar el coronavirus.
Sin duda, un acto que ha estado marcado de emotivismo y respeto hacia aquellas más de 28.000 víctimas que se ha cobrado la pandemia del coronavirus.
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