Bercelona convierte un aparcamiento en morgue
Los habitantes de Collserola han vivido estos días la transformación del antiguo estacionamiento del Tanatorio de Collserola en una extensión del mismo. Se ha preparado a tal efecto para acoger al gran número de féretros de personas fallecidas por Coronavirus, intentando evitar la saturación que ya se ha visto en Madrid.
Se trata del más grande de España, con capacidad para mil ochocientos cadáveres, de los cuales hay en este momento unas dos centenas.
Los ataúdes se disponen, a baja temperatura, en hileras, para esperar a su transporte a las distintas funerarias de la población. Con esto se persigue que los cuerpos no tengan que mantenerse en los centros sanitarios y puedan ser preparados para recibir sepultura en los cementerios de la ciudad. «Impresiona y entristece a la vez», comenta un fotógrafo de Efe encargado de tomar las imágenes del lugar, ya veterano y ajado en múltiples sucesos a lo largo de su carrera. Sin duda es una tragedia que tengan que tomarse estas medidas tan extremas.
Son muchas las ciudades que están tomando estas decisiones, por lo que se agradece que el grupo Mémora haya impulsado una mesa de coordinación con agentes del sector funerario, social y de la administración pública. Así mismo, se han tomado medidas para cerrar al público el Tanatorio de Collserola, ya que dispone de un gran depósito de refrigerado, y así prepararlo para hacer frente a esta situación tan excepcional.
Sin duda una medida que observaremos más a menudo durante esta pandemia, ya que si bien en Wuhan, China, donde se originó el virus, los casos han disminuido radicalmente, en los países europeos como España todavía nos queda un largo camino por recorrer.
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