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La historia de Cepsa, ahora conocida como Moeve, es un claro ejemplo de cómo una empresa puede evolucionar y adaptarse a los tiempos. Fundada en 1929 por Demetrio Carceller, la compañía se convirtió en la primera empresa privada de petróleo en España, marcando el inicio de una era en la que el petróleo se perfilaba como la energía del futuro.
Con el paso de los años, Cepsa ha sido testigo de importantes cambios en el sector energético, desde la apertura de la primera refinería en el país hasta su participación en proyectos clave como el gasoducto Medgaz, que conecta España con Argelia.
El reciente cambio de nombre a Moeve no es solo una cuestión de rebranding; representa una transformación profunda en la filosofía y objetivos de la empresa. Según Maarten Wetselaar, el actual consejero delegado, Moeve busca ser un referente en innovación y sostenibilidad. La compañía se compromete a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y a invertir en energías limpias, como el hidrógeno. Con una inversión de 3.000 millones de euros en el Valle de Hidrógeno Andaluz, Moeve se posiciona como un actor clave en la transición energética de España.
Moeve no solo se enfoca en la sostenibilidad, sino que también está a la vanguardia de la digitalización en el sector energético. La compañía planea modernizar sus 1.800 estaciones de servicio en España, destinando 130 millones de euros a este proyecto. Además, Moeve está explorando nuevas alternativas energéticas, como biocombustibles y metanol, para impulsar la movilidad del futuro. Este enfoque proactivo hacia la innovación y la sostenibilidad es fundamental para enfrentar los desafíos del cambio climático y garantizar un suministro energético responsable.
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