El enorme cometa 2014 UN271 procede de la Nube de Oort y se prevé que entre en el sistema solar para el mes de enero del 2031.
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Un enorme cometa llamado 2014 UN271 viene desde la Nube de Oort y poco a poco se acerca a nuestro sistema solar, de hecho está previsto que para el mes de enero del 2031 atraviese el perihelio, es decir, el punto más próximo al Sol.
Las últimas capturas que se le han realizado demuestran que tiene un tamaño hasta diez veces mayor que un cometa normal.
El cometa gigante que rozará el Sol en 2031
La Nube de Oort es el lugar más lejano que existe dentro del sistema de planetas, la NASA la define como: «una gigantesca cáscara esférica que rodea al resto del sistema solar» de su tamaño dicen que:
«Probablemente ocupa el espacio que se encuentra a una distancia de entre unas 2.000 y 100.000 unidades astronómicas (UA) del Sol».
En su interior puede albergar miles de millones o trillones de objetos helados. Esta Nube va más allá del Cinturón de Kuiper y de las órbitas de los planetas, al borde de hielo y roca donde se encuentra Plutón y orbita en una zona próxima al Sol, en concreto de 30 a 50 veces la distancia que hay entre el Sol y la Tierra.
Según varios expertos de la Universidad de Leiden, su origen podría derivar de una especie de conspiración cósmica en la que los planetas y las estrellas de la vía láctea intervinieron.
Este megacometa, tiene como apellido Bernardinelli-Bernstein haciendo honor a sus descubridores, además es el primer cometa que se encuentra que tiene una trayectoria entrante tan lejana. Posee una órbita muy alargada, su diámetro se estima entre los 100 y los 200 kilómetros, siendo único ya que hasta el momento no se había avistado ninguno de un tamaño similar. Esta estimación está basada en la cantidad de luz que consigue reflejar.
¿Qué pasará cuando el cometa se acerque al Sol?
La Nube de Oort contiene a gran parte de los cometas de periodo largo. Cuando un cometa se acerca al Sol al tener un cuerpo helado su superficie se va vaporizando dando lugar a la cobertura de polvo alrededor del núcleo llamada COMA. Creando a su vez colas que pueden ser de cientos o millones de kilómetros de largo.
El 2014 UN271 no se va a acercar mucho al Sol más bien «se va a acercar a una distancia similar a la que lo hace Saturno, a unos 1.500 millones de kilómetros». La NFS señala que «si no tuviésemos la tecnología actual, no lo detectaríamos porque, incluso en su punto más cercano al Sol, va a ser invisible a simple vista».
Este cuerpo se descubrió cuando tenía una distancia al sol concreta de 4.400 millones de kilómetros, en el año 2018, dos años después, se le localizó a cerca de 3.500 millones de kilómetros. Cuando atraviese el perihelio en el primer mes del año 2031 se encontrará exactamente a 1.642 millones de kilómetros de distancia del Sol.
Cuanto más se aproxima al Sol más se produce su actividad, es decir, su vaporización pues los hielos que alberga crearán una capa de polvo y la posibilidad de que este proceso se pueda llegar a ver dependerá de su composición dentro de diez años, entre otros muchos factores.
¿ Llegará a chocar contra un cuerpo estelar o contra la Tierra?
Marín, experto astrofísico español, ha afirmado que si el cometa llegase a impactar contra la Tierra no existiría una tecnología al alcance que fuera capaz de desviar su trayectoria, debido a sus grandes dimensiones.
Sin embargo, también apunta que las posibilidades de que se de este choque son muy pocas y se podrían llegar a calcular previamente. «Este no va a chocar con ningún planeta ni con ningún cuerpo del sistema solar, aunque su órbita aún no se conozca con precisión». A pesar de ello, genera gran inquietud el saber qué ocurriría si se llegara a hallar que un objeto similar comenzara a orbitar a una distancia menor sobre cualquiera de los planetas que forman parte del sistema solar.
El también divulgador confiesa que debido a su origen y dimensión, el estudio de esta «reliquia» de nuestro sistema solar, podría aportar mucha más información acerca de cómo se creó. Además, se podría aprovechar cuando pasase por la eclíptica en el año 2033, para lanzar una sonda espacial que lo pudiera investigar con profundidad para conocer mejor su naturaleza y de qué está compuesto.
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