Investigadores de España descubren y crean un filtro para mascarillas que en menos de un minuto desactiva las bacterias del coronavirus.
La innovación hace de las suyas de nuevo. El prometedor filtro para mascarillas puede desactivar el coronavirus en menos de un minuto, y lo mejor es que es hecho en España.
España crea filtro que anula el Coronavirus
Debido a la pandemia que en la actualidad azota al mundo desde hace más de un año, la creatividad ha sido la protagonista. Y sobre todo, la innovación a la hora de buscar una cura ante el coronavirus. Las miradas de principios de diciembre se las lleva la creación de un filtro para las mascarillas que logra desactivar las bacterias del virus en menos de un minuto.
Y por supuesto, nada más gratificante que sea ‘Made in Spain‘, creado por investigadores de la Universidad Católica de Valencia.
El filtro creado es capaz de desactivar las bacterias cuando entran en contacto con la persona sin pasar el minuto. Las bacterias que detienen son conocidas por empeorar la neumonía que provoca el coronavirus y que es la mayor amenaza para los contagiados.
El hallazgo
En medio de estudios realizados debido a la pandemia, se ha conocido que: sin importar que las dos personas tengan puesta la mascarilla, de igual forma surge la posibilidad de generar contagio. Esto sucede por las bacterias que escapan del material en el que se elabora el elemento de seguridad.
Como solución rápida y económica los investigadores han llegado a la conclusión de fabricar mascarillas con el debido uso de la tecnología.
«El uso correcto de la tecnología de amplio espectro antimicrobiana es de vital importancia para que se produzcan las masas y se logre una comercialización de los filtros para mascarillas. Los cuales, serán de mayor utilidad para el personal de salud y para los investigadores que trabajan frente al coronavirus», explica el coordinador de todo el estudio, Ángel Serano.
Serrano ha estado en compañía de otros investigadores y miembros del mismo equipo, del Grupo de Biomateriales y Bioingeniería del Centro de Investigaciones Traslacional San Alberto Magno, conocido como CITSAM. Pero a su vez, también ha estado en estudios con investigadores de la Universidad de Kyoto en Japón y con profesionales de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología.
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