Los FPS, o shooters en primera persona, siempre han sido uno de los géneros más aclamados por los jugones, y cada día aparecen más y más títulos de este género en las estanterías de la tiendas de videojuegos.
Los últimos avances en tecnología hacen que la captura de movimiento y el uso de actores sea un requisito casi obligado para conseguir el mayo realismo posible.
Pero… ¿y si no se tratara de actores? La verdadera historia de los First Person Shooters ha sido desvelada, y es, como mínimo, algo escalofriante.
Las personas que trabajan como modelos de captura para los videojuegos son en realidad gente con ciertos problemas de motricidad, que están siendo sistemáticamente explotados por las compañías para sacar tajada y aprovecharse de su enfermedad, conocida como Síndrome de Duke Nukem.
Ign ha revelado en el siguiente documental esta trágica realidad y la de los que rodean a estas personas.
Su protagonista es el hombre que prestó su cuerpo para la última entrega de Call of Duty.
Y no sólo de los FPS, sino que también podremos ver otros ejemplos como el hombre que prestó a Donkey Kong su clásico movimiento de lanzar barriles, o el pobre diablo que escenifica una y otra vez la caída y el grito de nuestro personaje de Street Fighter cuando es derrotado por su oponente (normalmente japonés).
Estremecedor, pero necesario.
Mirad, mirad…Via