Sí, ya os hablamos ayer mismo de Final Fantasy XIV, pero es que las noticias sobre el próximo fracaso de Square van y vienen volando.
Si hace unas semanas supimos que el juego no tendría un sistema de puntos de experiencia clásico (esto es: Se evolucionará según el trabajo que se tenga.
Parece complicado de narices, sí), las novedades que han salido esta semana no hacen sino confirmar que este juego está destinado a romper con las convenciones de los MMORPG.
Para empezar, hay que decir que las batallas de Final Fantasy XIV serán en tiempo real, pero no estarán orientadas a la acción.
Habrá mucho más que elegir al enemigo y zurrarle (por otro lado, el sistema de Final Fantasy VII, tan aburrido como efectivo).
¿Y qué hay sobre los trabajos? Pues un cambio brusco: Se podrá cambiar de trabajo y de armadura en cualquier momento.
Una de las cosas de las que más se quejaban los tres o cuatro jugadores de Final Fantasy XI era de la gran diferencia entre razas.
Ahora no podrán decir lo mismo: Las razas apenas se diferenciarán entre sí en cuanto a sus habilidades.
Y pelearán en un entorno que cambiará entre día y noche en el que una hora será un día del juego.
Por su parte, habrá una serie de quests que incluirán cazar monstruos, mejorar las habilidades y otras actividades en las que los jugadores obtendrán una serie de objetos que les permitirán viajar instantáneamente hacia el lugar donde la quest se realiza.
Ya no tendréis que gastaros los gils en costosos billetes de transporte.
Para terminar, hay que comentar la mejor noticia para los que siempre hemos tenido curiosidad por los juegos online pero tenemos miedo de quedarnos enganchados: Final Fantasy XIV será lo suficientemente casual como para que jugar una hora al día sea suficiente para disfrutar el juego.
Ahora la única pregunta es… ¿querrá jugar alguien o será un territorio yermo como Final Fantasy XI? Imágenes de FFXIVVía
Así se podrán fusionar dos cuentas en Facebook que tengan el mismo administrador y con criterios en específico.
La nueva sede de ESED en Miami responde a la creciente demanda de ciberseguridad en EE.UU.