Hay muchas maneras de dejar un trabajo: Puedes plantarte delante de tus jefes y decirles barbaridades, puedes realizar una performance audiovisual, puedes hacerlo fatal y obligar a que te despidan o puedes, simplemente, ser genial.
Esta última opción es la que ha escogido William David, que se ha marchado de Ubisoft realizando un minijuego en flash en el que explicaba a sus compañeros sus razones para marcharse.
En este minijuego, todo consiste en dirigir a un muñeco de palo que se dirige desde las oficinas de Ubisoft (donde se proyecta la película “Leaving”) hasta un barranco del que se tira, mientras sus compañeros le dicen que hacerlo es muy peligroso y terminará volviendo.
¿El final? El final es feliz: David se marcha dejando un buen montón de amigos detrás y con un sueño en la cabeza.
Todo como muy metafórico, ya sabeis.
Esta noticia no hace sino recordarnos que detrás de cada videojuego, de cada diseño, de cada suceso, se encuentran personas de verdad con problemas, sueños y complicaciones.
William David, que trabajaba en la oficina de Barcelona, se ha marchado por la puerta grande y dejando un gran sabor de boca a todo el mundo, conocido o no.
Hasta a mí me han dado ganas de pedirle que se quede en Ubisoft, y eso que aborrezco la compañía.
Por cierto, sus planes ahora pasan por convertirse en un desarrollador independiente (no me extraña, después de los juegos que, supongo, tuvo que realizar en Ubisoft Barcelona) y, por lo que parece, no mucha gente está a gusto en la empresa hoy por hoy.
Frases de rechazo a la idea se amalgaman con otras que indican malestar en la empresa (”Algún día lo haré, pero no ahora”, “¡Animo!”, etcétera).
¿Es este juego en flash en realidad una indicación de cómo está Ubisoft hoy en día? Solo queda desearle suerte: Suerte a la hora de encontrar un tesoro, de viajar a la isla perdida de la felicidad, de comer calamares, jugar a juegos de tablero, ir a la playa y sonreir.
Porque no es fácil dejar un trabajo hoy en día, pero este ya ex empleado de Ubisoft sabe lo que es desear algo tan fuerte como para llorar por ello.
Podéis disfrutar de la experiencia de Leaving aquí.
Y es que todos llevamos un William David dentro de nosotros.
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