Hay dos tipos de juegos de carreras: En primer lugar, los simuladores que buscan la hiper-realidad, los diferentes modelos, las físicas perfectas y los colores brillantes.
En segundo lugar, los juegos locos que tratan de divertir sin más pretensiones.
Colin McRae DiRT 2 se queda a medias entre los dos tipos (acercándose algo más al primero, todo sea dicho): Veréis coches haciendo filigranas imposibles, pero no esperéis encontraros una concha roja en medio del camino…Si habéis jugado a Colin McRae DiRT ya sabéis lo que os vais a encontrar en esta segunda parte: Un juego de coches.
Ni más ni menos, igual que los otros cuarenta que hay ahora en el mercado.
Supongo que habrá quien diga que no, que este juego es muy diferente porque el nuevo motor ECO engine permite que el Lancer EVO se deforme mejor, pero a nosotros nos ha dejado peligrosamente apáticos.
DiRT 2 no es ni bueno, ni malo.
Ni divertido, ni aburrido.
Ni espectacular, ni cutre.
Es el juego medio exacto, ese que no causa repulsa pero acumula polvo en nuestra estantería, al menos a tenor de lo visto en la demo, que nos deja correr dos circuitos (BAJA y Marruecos, esta última en contrarreloj) y probar el multijugador online.
Ideal para una tarde de aburrimiento, sí, pero también para borrarla el día siguiente.
Lo que nos ha gustado El multijugador online es bueno.
Precisamente uno de los mayores problemas de su primera parte era que las carreras online daban problemas sin parar.
DiRT 2 ha dado una vuelta de campana y nos encontramos con uno de los juegos online con menos lag hasta la fecha.
Preparaos, eso sí, para escuchar gritar a los ingleses por el chat de voz.
No callarán, los malditos.
Los gráficos superan a la media de los juegos, especialmente si se ve jugar a otra persona.
Cuando estás al volante del coche, bastante tienes con seguir avanzando sin irte a los lados.
Tampoco os esperéis nada fuera de lo normal, pero hay alguna textura especialmente bonita.
Eso sí, os recordamos que queda poco para Gran Turismo 5, y en tema de gráficos le va a dar sopas con honda al pobre DiRT 2.
Su realismo.
Esto puede ser muy bueno para algunos, muy malo para otros.
Lo pondremos en buenos porque el público objetivo de este juego adora los derrapes continuos, el hecho de que en el online te peguen un poco por detrás y tu coche pegue un giro brutal… Dentro de lo irreal que resulta jugar a DiRT 2, su parte de simulador sigue intacta.
Los menús: Al empezar el juego, el menú resulta increíble.
Totalmente interactivo, podemos movernos en él, salir a la calle a ver nuestros coches… Da gusto ver cómo han puesto tanto cuidado en algo tan inusual como los menús, por mucho que en tu tercera partida estés deseando que todo ocurra más rápido y que, en lugar de salir a la calle a elegir tu coche, este simplemente aparezca en tu pantalla.
¡No se puede tener todo!El modo flashback: Una manera de animar al novato es este modo flashback, en el que podremos dar marcha atrás en la repetición y comenzar de nuevo en ese preciso momento en el que nuestro coche decidió pillar la de Antequera y pegársela contra unas rocas.
Ideal para los que controlamos el coche con dedos de gelatina.
Lo que no nos ha gustado Los atajos: En los juegos de coches, el clásico truco de atajar por la hierba que se dispone alrededor del camino principal conlleva botes inapropiados, una mayor lentitud y, en general, apenas merece la pena realizar el intento.
En DiRT 2, sin embargo, podemos salir fuera del circuito y, aunque choquemos contra matorrales, no notaremos una bajada de velocidad o ritmo.
A eso se le llama dejar el camino libre a los tramposos.
Los comentarios: Dave Mirra y sus colegas se pasaron por el estudio de grabación y decidieron grabar unas cuantas jocosas voces (pobremente dobladas) que suenan en medio de las carreras, desconcertándote.
“¡Si me ves, es que tienes posibilidades!”, “Me gusta considerar al podium como mi segunda casa”, “Vaya, todos tenemos malos días”.
Si quisiéramos escuchar comentarios inoportunos, elegiríamos un personaje femenino en el WoW.
Que sea tan hecho por encargo: No niego que los fans de los rallys se lo pasen pipa disfrutando de sus saltos sin parangón, coches pegándose toñas y referencias a míticos corredores, pero los que no somos duchos en estos temas nos encontramos con un juego que no llega a superar a aquel Colin McRae 2, que se queda a medias, al que le falta gasolina.
Un juego sin carisma ni nada que destaque especialmente.
Un bueno para nada.
Colin McRae DiRT 2 podría ser sustituido por cualquier otro juego de coches y nadie se daría cuenta.
El mismo estilo de carrera, los mismos derrapes, el mismo modo contrarreloj, el mismo aburrimiento para los que preferimos saltar entre plataformas y resucitar con alas de fénix.
Un triste epitafio para el corredor.
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