Brutal. Hay juegos que, simplemente, no tienen otra definición. Después de probar la demo de Brutal Legend, el nuevo juego de Tim Schafer, solo podemos contar los días hasta el 16 de Rocktubre. Y es que ha superado todas las expectativas que podíamos tener.
No es un juego desenfadado: Es el más desenfadado desde las antiguas aventuras gráficas de Lucasarts. No es un juego con buen humor: Tiene humor exquisito. No os vais a divertir jugándolo: Os lo vais a pasar como heavys en un concierto de Iron Maiden.
Brutal Legend es lo que muchos buscamos en un videojuego: Ahora cortas la cabeza de tus enemigos, ahora ríes como descosido por un chiste, ahora te montas en un coche y te dedicas a atropellar zombies. Una demo de apenas 25 minutos nos ha terminado de convencer a los que ya creíamos y ha hecho creer a los que miraban para otro lado. Con su hacha gigantesca a un lado y su guitarra eléctrica en el otro, Eddie Riggs nos ha enamorado. Pero no os cuento nada que no supiéramos a estas alturas: Estaba claro que este juego iba a ser una de las grandes maravillas de esta generación. ¿Tiene, acaso, defectos? Por supuesto. Pocos, pero haberlos haylos, comenzando por el doblaje de Santiago Segura, ese que defendí hace unos días y del que ahora no tengo más opción que matizar “Sí, pero”. Mucho más light de lo que se esperaba en un personaje de estas características, Segura no le ha dado el carisma que Riggs necesita. Os lo contamos todo ahora mismo. PUBLICIDADPUBLICIDADLo que nos ha gustado:La historia es delirante, descacharrante y genial. La idea de que un pipa muera aplastado por culpa de un grupo de falso heavy metal y resucite en un paraje lleno de tópicos heavys nos ha gustado. Y lo mejor es que no hace sino mejorar. Después de matar a un monstruo-monja, y mientras seguimos jugando, Riggs dice “La monja estaba buena, siento habérmela cargado. Pero ¡ey! sois malos, así que en paz”. Su humor hará que rompamos a reír en mitad del videojuego, por no hablar de las cinemáticas. Es uno de los puntales del juego, y una de las razones por las que tiene carisma propia.El gameplay es sencillo, sí. ¿Y qué? No hay necesidad de hacer cientos de combos, más que nada porque nuestro protagonista está gordo y fuma continuamente. Con el hacha cortas cabezas, con la guitarra electrificas a los malos y con la combinación de ambos creas un terremoto capaz de romper todo lo que pilla a su paso. ¿Queréis más? Pues tranquilos, porque en estos pocos minutos de demo, Riggs construye un coche realizando un riff de guitarra y se dedica a atropellar malos durante un largo –y jodidamente divertido- camino. Increíble.La banda sonora, que es más que un simple acompañamiento en las batallas. Heavy metal que acompaña a Riggs en sus aventuras corta-cabezas, más que necesario. Durante el juego sonarán temas de grupos como Black Sabbath, Dragonforce, Judas Priest, Kiss, Manowar, Motorhead, Megadeth o Scorpions, y solo esto ya lo convierte en un imprescindible.Que sea malhablado, que tenga gore y que siempre quiera dar un giro más. Bueno, o en el caso de que hayas elegido ser un mojigato, que hablen con pitidos y en vez de sangre haya simples cuchilladas. Brutal Legend es lo que es porque es un juego lleno de excesos. Pero excesos de los buenos, de los de enfrentarse a un monstruo gigantesco montado en un coche de carreras y terminar matándole clavándole un hacha en un ojo.Lo que no nos ha gustado: El doblaje, aunque esto debería ser colocado en “Ni fu ni fa”. A decir verdad, Santiago Segura no hace un mal papel. El problema es que no puede ser comparado con el gran Jack Black. Por mucho que las frases estén perfectamente adaptadas del juego en inglés, Segura en ocasiones se muestra desganado, como leyendo las frases. Jack Black, por su parte, parece invadido por el espíritu del metal cuando habla. El resto de secundarios del juego son funcionales: Ni nos apasionarán ni vomitaremos al oírles.Su extrema facilidad. Aunque a medida que vayamos jugando el juego vaya poniéndose más difícil, estos 25 minutos se nos han hecho muy sencillos, quizá por la falta de una barra de vida que nos controle y que, esperamos, tenga el juego final.Que dure tan poco. Porque queremos que Riggs enseñe lo que es un morreo a la perfecta desconocida, coja su guitarra y su hacha y demuestre lo que es bueno a los malosos, y el juego nos corta justo cuando empieza lo bueno. Ya lo dice el final: “Has acabado la demo de Brutal Legend… PERO NO HAS VISTO UNA MIERDA”.¿Queréis otra desventaja? El hecho de que tengamos que reajustar nuestros gastos mensuales para dar cabida a un gasto de 70 euros, sin esperar a que baje de precio. Brutal Legend lo merece. El poder del metal te obliga, amigo. Y si no podéis bajaros la demo, mirad el siguiente video… aunque no sea lo mismo.